'Estoy aquí a 4,000 pies sobre Juticalpa (gritos de emoción)... ¡tesón!', narra el teniente mientras graba uno de sus saltos, donde se ve una hermosa panorámica.
Oliveira, quien era un experto en salto libre, murió el sábado 2 de febrero en la Unión, Lempira, ya que no le abrió el paracaídas cuando realiza su presentación.
Su cuerpo fue encontrado horas después en una zona montañosa. El cadáver estaba sobre su equipo, además tenía su casco en la cabeza.
El uniformado fue sepultado con honores el miércoles en compañía de una gran cantidad de oficiales de las Fuerzas Armadas de Honduras, especialmente por sus compañeros de la promoción 47.
Sus parientes, muy dolidos, manifestaron que Tito era un hombre muy dedicado a su familia y que será una pérdida difícil de superar.
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El teniente Tito Olivera fue sepultado en Duyure y cumpliría 30 años el próximo 11 de marzo y este año se preparaba para iniciar el curso de ascenso para ostentar el rango de capitán del Ejército hondureño.
Estaba casado y era padre de un de un niño de corta edad. Olivera González era parte del grupo de seguridad del general de división Raynel Enrique Fúnes Ponce, quien hasta el 19 de febrero del presente año fungió como subjefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, pero que de manera repentina interpuso su renuncia.