TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Con la firme convicción de un pedido de justicia para con su pariente, familiares, amigos y compañeros de trabajo le dieron el último adiós al maestro José Trinidad Méndez Turcios.
El cuerpo sin vida del docente fue traído desde Roatán, en primera instancia hacia San Pedro Sula, donde le practicaron la autopsia médico legal. El día jueves sus restos mortales fueron trasladados a la capital de la República, de donde era originario y donde habitan la mayoría de sus deudos.
Méndez Turcios fue encontrado muerto el pasado 24 de noviembre en una zona solitaria conocida como Mud Hole, en la paradisíaca isla de Roatán, Islas de la Bahía.
El cadáver del catedrático fue descubierto dentro de un barril plástico en el que también los victimarios de José Trinidad pusieron un químico parecido a un ácido. El barril fue enterrado varios metros y luego tapado con hojas para tratar de ocultar el crimen y que no fuese encontrado por la Policía.
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Piden que sean capturados
“Lo único que nos saben decir es que tienen las pruebas, pistas y sospechosos, pero que solo estaban esperando el cuerpo de mi tío para agarrar a los responsables, pero el cuerpo ya está y nosotros queremos una pronta respuesta”, exigió Gabriela Méndez, sobrina del extinto.
“En la isla (Roatán) ya se sabe quiénes son (los hechores), todo el mundo los repudia porque sabe quiénes son, entonces deberían hacer algo al respecto”, dijo la familiar. Según los parientes del fallecido, todo indica que la muerte del profesor se debió a asuntos de dinero. “Todo empezó por el dinero, él era prestamista, tenía taxis y aparte otros números de taxis (que alquilaba), pero a pesar de que le tenían cariño, el amor al dinero pudo”, lamentó otro familiar. José Méndez tenía 24 años de ejercer la profesión, la que desempeñó en el Instituto José Santos Guardiola, de Roatán.
El viernes, a eso de las 3:30 de la tarde fue sepultado en el cementerio Santa Cruz Memorial, al norte de esta ciudad, en medio del pesar y la consternación de quienes le conocieron.
