El pago de extorsiones llevó a la quiebra a por lo menos 17,000 microempresas a nivel nacional.
José Castañeda, presidente de la Federación Hondureña de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa en Honduras, denunció que las zapaterías, puntos de taxis, pulperías y pequeños negocios son los más afectados por este delito.
“Por temor no se hacen las denuncias correspondientes, porque no se siente la seguridad de que al ir a la autoridad se va a ejecutar una acción contundente contra los criminales que atentan contra estos negocios”, enfatizó Castañeda.
“Los taxistas han estado sufriendo este flagelo. Solo para mencionar un ejemplo, uno de nuestros afiliados que es del punto de la Kennedy, ha estado pagando 60 mil lempiras mensuales desde hace más de tres años y eso es un montón de dinero para ellos y han estado trabajando para este grupo criminal”, ejemplificó.
“Pero nos llama la atención de que habiendo hablado con personas que están inclusive dentro del Consejo de Seguridad, ellos mismos nos han sugerido no hacer las denuncias a la Policía y eso nos llamó la atención poderosamente en su momento y seguimos el consejo porque tampoco queremos correr riesgo a nivel personal”, comentó el presidente de la organización de microempresarios.
Recibe consejos
Los mismos miembros del Consejo de Seguridad Nacional nos han aconsejado que tengamos cuidado con los miembros de la Policía. Es una cuestión delicada que nosotros hemos tratado de manejarla con la mayor prudencia posible porque no se trata de poner en riesgo la vida de nadie, sino más bien de corregir el problema y ahora que escuchamos que viene una Fuerza Nacional Antiextorsión interinstitucional, nos llena de esperanza y ojalá la combinemos con una política para la generación de empleo rápido para que podamos reducir el crimen y que de paso la combinemos con una buena política para la educación”.
Otra de las preocupaciones que Castañeda dejó al descubierto es que hasta las personas que trabajan en el gobierno y que ganan el salario mínimo son extorsionados, “simplemente por ser empleada y vivir donde viven, tienen que pagar un ‘impuesto de guerra’ y eso es grave”.
Policías extorsionados
Comentó que “inclusive hay policías que viven extorsionados, es que es una situación mucho más grave de lo que se pueda pensar. Hay policías y por eso nosotros sugeríamos hace un par de años que se hiciera una urbanización exclusivamente para los policías de manera que los saquemos de los barrios marginales de donde ellos viven porque allí viven las personas que se dedican a la extorsión y les toca a muchos de ellos pagar ‘impuesto de guerra’ para salir por la noche de sus casas”.
“No podemos hacer nada, porque hasta presentar la denuncia es problemático, porque no se sabe quién la va a recibir y entonces creo que debemos empezar por concluir la depuración de las autoridades policiales, para poder arrancar con una política de seguridad que dé mejores efectos a la población”, comentó Castañeda.