SIGUATEPEQUE, HONDURAS.- Fue al cementerio a construir el mausoleo para uno de sus parientes fallecido horas antes, pero nunca supuso perder la vida en ese enigmático lugar.
Se trata de don Arsenio Cuéllar Rosa, de 50 años de edad, quien llegó al Cementerio General San Juan, de Siguatepeque, con el compromiso de construir la tumba en la que sería sepultado hoy don Roque Jacinto Pineda Sánchez, de 60 años de edad.
Don Arsenio junto a otros familiares dedicados a la albañilería llegaron al camposanto desde tempranas horas del lunes. Con los trabajos ya avanzados, parecía que todo estaba bajo control y que iban a terminar como lo esperaban.
Travesura de unos niños
Aproximadamente a las 5:00 de la tarde, varios menores de edad que jugaban dentro del cementerio lanzaron piedras a un enjambre de abejas que tenía su nicho en una de las tumbas. Tal acción derivó en el enfurecimiento natural de los insectos y comenzaron a picar a todo aquel que estaba cerca del panal. Los niños corrieron e incluso los demás hombres que acompañaban a don Arsenio, pero él no pudo correr.
AtaqueNo se dijo qué tipo de abejas fueron las que lo picaron. Se presume que son africanizadas. |
Tropezó y no logró correr
En el intento de escapar de las abejas y evitar ser picado, don Arsenio se tropezó entre las tumbas y cayó sobre unos cartones encendidos.
Las gran cantidad de picaduras inmovilizó al albañil, quien no logró levantarse y en cambio empezó a quemarse producto de las llamas de los cartones.
También se manejó la versión de que don Arsenio había llegado a limpiar una tumba y al mismo tiempo se llevaba a cabo un sepelio cerca de la tumba que él limpiaba.
Al lugar llegaron elementos del Cuerpo de Bomberos de la zona, quienes con equipo especial intentaron rescatar a la víctima, pero los esfuerzos fueron en vano, pues ya estaba muerto.