Tegucigalpa, Honduras
Si la muerte de un adulto no deja de causar impresión en la sociedad, el deceso violento de menores es aún más repudiable.
En las últimas semanas en el país, escenas dantescas se han repetido con más frecuencia, hasta llegar al punto de ver a niños menores de seis años víctimas de masacres.
En el primer trimestre del presente año, el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH) contabilizó 63 muertes violentas en menores de 18 años. De los fallecidos, 46 eran varones, 16 niñas y uno del cual la investigación no especificó el género.
Hay una cultura de violencia
Migdonia Ayestas, coordinadora del Observatorio de la Violencia, expresó que “se les está quitando la vida con odio y saña sin importar qué edad tienen; esa forma violenta afecta a las familias, pero también los hechores creen que pueden seguir con estas acciones cuando la justicia no les alcanza”.
Ayestas explicó que “la cultura de violencia que se vive en el país también se promueve en contra de niñas y niños, eso tiene doble efecto por que estos niños van viviendo hechos violentos que les afecta su emocionalidad”, detalló. Aunque la cifra de 63 muertes de menores es alta, en el mismo período de tiempo del 2017 ocurrieron 85 homicidios de menores.