Las autoridades del Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (Ihnfa) se muestran incompetentes para recuperar el control en el centro de menores Renaciendo en el valle de Támara, donde el pasado jueves se registró la muerte de un interno.
El fin de semana, unos 37 miembros de la Mara 18 que están internos por diversos delitos volvieron a ser protagonistas de disturbios que dejaron más destrucción en las instalaciones, sin que hasta las horas de la tarde de ayer se reportaran daños humanos que lamentar.
Algunos residentes de la zona aseguraron que “el relajo” inició la noche del sábado cuando se escuchaban golpes en los techos a causa de las piedras y otros objetos contusos que el grupo de internos lanzaba sobre el techo del viejo inmueble, sin que los policías penitenciarios que se encuentran en el perímetro reaccionaran para controlar la situación.
Caos en Renaciendo
Policías penitenciarios confirmaron que alrededor de las 2:00 de la tarde de ayer se produjo un enfrentamiento entre los mareros y los internos comunes denominados “paisitas” produciéndose una lluvia de piedras, así como pedazos de asbesto que arrancaron de los techos.
La situación se volvió más peligrosa luego de que varios mareros saltaron el muro y se introdujeron armados con machetes hechizos al centro
Sagrado Corazón de María, que alberga a menores del sexo femenino, lo que obligó a los uniformados a reaccionar para evitar una tragedia con saldos lamentables.
La revuelta se extendió hasta las 4:00 de la tarde, cuando los mareros volvieron a salir del módulo Amor y Paz, se subieron a los techos y se enfrentaron de nuevo con los menores comunes.
“El miedo es que se metan al otro centro y maten a cualquier niña inocente”, expresó una vecina.
Al menos unos 25 policías penitenciarios montaban guardia en las afueras del centro y esperan de más refuerzos de la Policía Preventiva para poder ingresar con autorización de fiscales del Ministerio Público y autoridades judiciales, según dijo un oficial.
Empleados del Ihnfa que se encontraban de turno manifestaron su temor por la actitud violenta de los pandilleros, por tratarse de menores de alta peligrosidad que ingresaron al centro de internamiento, unos por delitos de asesinato, tráfico de drogas, secuestros y extorsiones, entre otros.
Lo que ocurrió ayer es una evidencia de que las autoridades del Ihnfa han perdido el control de los 95 menores infractores.
Apenas 18 guardias de seguridad están asignados a Renaciendo distribuidos en tres turnos de seis, quienes tienen prohibido utilizar armas de cualquier tipo porque, según los organismos defensores de derechos humanos, “los niños tienen miedo al ver hombres armados”.
Hasta anoche no había una autorización para ingreso de policías, lo que mantenía en zozobra a los empleados y vecinos del sector.
Inicialmente, trascendió que un menor había perdido la vida, sin embargo, la Policía confirmó que no se reportaban víctimas mortales ni heridos.
Se espera que para este día las máximas autoridades del Ihnfa implementen otras medidas para recuperar el control de las instalaciones y prevenir mas disturbios por parte de los internos.
El pasado jueves estos pandilleros protagonizaron un motín
que dejó como resultado un menor muerto
y varios heridos, además de la destrucción de las oficinas administrativas y de la clínica.
Con este ya es el cuarto amotinamiento que realizan estos pandilleros
en lo que va del año.