Tegucigalpa, Honduras
La génesis de la estrategia fue Colombia, pero ahora comienza a aflorar copias al carbón en el país.
El hallazgo de un arsenal y pertrechos de uso militar en las instalaciones de una iglesia evangélica en el sector de Chamelecón encendió las alarmas de las autoridades en San Pedro Sula.
La reacción se da debido a que esta manera de operar del crimen organizado se ha visto desde hace unas décadas en Colombia y México, pero ahora se está implementando en Honduras por parte de las maras y pandillas.
El combate desde los entes de seguridad ha obligado a estas estructuras criminales a ingeniarse nuevas maneras de cómo operar, ya sea para ocultar sus armas, como en este caso, o para pasar desapercibidos por las autoridades.
Según expertos consultados por EL HERALDO y que pidieron mantener el anonimato por su seguridad, estas artimañas en su mayoría tienen un patrón de conducta, el de las mafias colombianas.
A inicios del presente siglo comenzaron en el país a aparecer personas descuartizadas y encostaladas, esto fue visto como un fenómeno delictivo nuevo.
Ahora, el ingenio se pone de manifiesto en cada incautación de armas o drogas por las formas y estrategias de ocultamiento que emplean.
Ayudas e intimidación
Uno de los expertos consultados en el área de la criminalística detalló que “la metamorfosis de estas estructuras criminales para cometer los delitos se da debido a que las autoridades les están combatiendo por un lado, entonces, buscan otra forma de delinquir”.
La explicación a este actuar, según el experto, se da porque las mafias ofrecen ayudas económicas a iglesias, no porque estén involucradas en crimen organizado o narcotráfico, sino porque estos dineros son utilizados para la ayuda de niños o familias en precariedad.
Pero, está la otra alternativa, el temor o la intimidación de la que podrían ser objetos los feligreses en el caso a negarse a guardar armas y pertrechos policiales dentro de sus templos.
“Esto es copiado de las mafias colombianas”, aseguró el experto.
No saben quién es el pastor
Sobre el avance de las investigaciones en el caso del hallazgo en la iglesia, Daniel Merino, portavoz de la Policía Nacional en San Pedro Sula, expresó a EL HERALDO que “no hemos podido investigar quién es el pastor de la iglesia porque no hay nadie que dé referencia de él”.
Merino manifestó que a pesar de que la iglesia se encontraba sola al momento de hacer la inspección, se notaba que estaba en actividad permanente, sin embargo, no había nadie cuando ingresaron al templo religioso.
Se trató de indagar el paradero e identidad del ministro de la congregación Iglesia de Dios, pero nadie colaboró con ellos en la zona de la colonia Eben Ezer, tal vez por temor a represalias, detalló.
A pesar de la insistencia en la búsqueda para saber quién es el pastor y cómo ingresaron las armas al templo evangélico, Merino aseveró que “nadie da razón y tampoco él (religioso) se ha presentado con nosotros”.
Según las investigaciones, por la zona donde fueron encontradas las armas, estas podrían pertenecer a la Pandilla 18, sin embargo, este extremo está por confirmarse de acuerdo a como avancen las investigaciones.