EL PARAÍSO, HONDURAS.- “Pensé que la muerte ya nos había guiado, pero aquí estoy”, comenzó diciendo Marco Tulio Ramírez, víctima del accidente que ocurrió en la carretera a Oriente, en la vía que conduce de Jacaleapa a Las Crucitas.
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Ramírez asegura que “el accidente fue algo muy rápido, nosotros cuando acordamos ya estábamos en el abismo, yo vengo parado porque el bus viene súper lleno, nosotros no habíamos ni pagado”.
Según su testimonio el bus venía en exceso de velocidad y se encontraba “peleando línea” con otro conductor de la misma ruta, “eso fue rápido, el muchacho solo medio se desvió y estábamos en el abismo”, reiteró en entrevista al canal HCH.
Además, cuenta que en el transporte venían aproximadamente “más de 60 personas”.
El ciudadano no se dirigía hacia Tegucigalpa, él sólo acompañaba a un muchacho que venía enfermo, su diligencia era llegar a la cooperativa de Danlí a depositar un dinero que andaba en su mochila, y que lastimosamente perdió en el accidente, quedándose solo con una tarjeta del banco en su bolsillo.
La escena después del accidente
Al borde del llanto el hombre contó que “al que siento que me dio lástima, fue al cobrador, pobrecito, él solo pegó un grito, fue lo que se grabó en mi mente”, son los últimos momentos que recuerda don Tulio antes de caer al abismo.
En su relato continuó contando que “después solo salí gateando para la calle, salí corriendo con dos muchachos más, pero yo no sabía para dónde iba, quedamos descontrolados”, es como describe el momento que vivió luego de salir ileso del fatal accidente.
El hombre logró salir a la carretera, caminó sin rumbo huyendo del lugar pues se encontraba desorientado, luego otro bus los alcanzó y les dio “jalón”, ahí tras orar a Dios se durmió, para cuando despertó ya estaba en Tegucigalpa, aún conmocionado y desorientado.
“Le pregunté a una señora a dónde estoy aquí y me dijo está en Tegucigalpa, le digo aquí no se que hacer, porque ando descontrolado soy del occidente”, relató. Afortunadamente la señora se conmovió de su situación y le dio donde quedarse esa noche y mudarse de ropa.
Asimismo, el sobreviviente dio gracias a Dios de estar vivo y de poder avisarle a su esposa que se encuentra bien, aunque no entiende cómo sobrevivió si el bus voló hacia el abismo. “Anoche me comunique con mi esposa, no le dije nada, porque yo tengo una hija que tiene buenas notas, y no le quiero trastornar la mente, yo amo mi hija”, refirió.
“Según yo estaba muerto, yo estaba muerto”, sollozó deteniendo las ganas de llorar “pero le pido perdón a mi Dios”, reflejando lo agradecido que está de seguir con vida. Marco cuenta que asiste a la iglesia y “con la ayuda de Dios todo se puede”.
“Dios me dio otra oportunidad”
Otro recuerdo que comparte el sobreviviente es que antes de estar dentro de la unidad de transporte se encomendó a Dios, “oré a Dios para agarrar el bus y le dije -Dios que se haga tu voluntad- y aquí estoy”.
Ramírez pide conciencia a los conductores de buses “yo le hago un llamado a los conductores que transportan gente que no sean así, que traten bien a las personas, eso no es el trato de un ser humano, andar peleando línea, imagine una persona muerta y los que están en el hospital”.