Tragedia por pólvora
Villanueva, Cortés
Un menor de edad perdió la vida en el desalojo a un grupo de pobladores de la colonia Regalo de Dios de este municipio.
Según datos preliminares, se trata de un joven de 16 años de edad identificado por los vecinos como Fernando José Castro Ramírez. Los pobladores acusan a las autoridades militares y policiales que llegaron a la zona de haber disparado. El cuerpo del adolescente quedó tendido en el lugar.
“Un policía lo mató”, repetía con desesperación una de las pobladoras del lugar.
En medio de la confusión por el hecho, había trascendido que una niña de nueve meses había muerto, pero se confirmó que, afortunadamente, solo fue hospitalizada porque resultó afectada por los gases lacrimógenos.
En el incidente resultó incendiado un cabezal que estaba aparcado en el lugar y cuyo motorista tuvo que ser rescatado por los militares que lo protegían con sus escudos de la lluvia de piedras.
Enfrentamiento
La acción, que comenzó a eso de las 6:00 AM de ayer, tenía como finalidad desalojar a los pobladores que, según las autoridades, han invadido la zona desde hace dos años. El enfrentamiento se dio entre vecinos del sector y la Policía Nacional y del Ejército cuando estos últimos llegaron con la orden de cumplir el desalojo. Se calcula que al rededor de 200 efectivos llegaron al sitio.
En el hecho resultó un policía herido, Fernando Flores Cruz, quien fue trasladado al Hospital Militar de San Pedro Sula.
El vocero de la Secretaría de Seguridad, Leonel Sauceda, dijo que se debe determinar cómo se dio la muerte del menor porque los policías y militares aseguraron que no han disparado. Sin embargo, un grupo de pobladores mostraron casquillos de uso militar.
“Nuestros compañeros policías aseguran que no han disparado. Ha sido completamente extraño que apareciera una persona cargando el cuerpo y que lo llevaran a la zona. Hay que establecer qué tipo de heridas tiene el menor, es un hecho que lamentamos”, dijo Sauceda.
Según se supo, el menor fue llevado con vida herido a un centro asistencial, pero murió en el trayecto. El cadáver del jovencito fue llevado de nuevo al lugar del conflicto y los pobladores lo dejaron tirado en la entrada de los terrenos en disputa.
Sauceda aseguró que con un juez y representantes de los Derechos Humanos se llegó a la zona y se dialogó con los pobladores dándoles tiempo de que todo se diera pacíficamente.
El desalojo continuó después del incidente por lo que fue necesario lanzar gases lacrimógenos para disuadir a los pobladores que arremetieron con piedras en contra de los elementos del orden.
Como producto del enfrentamientos también se reportaron doce personas detenidas.
