Tegucigalpa,Honduras
Cuando las manecillas del reloj anuncien la agonía del año 2017, la luz de la esperanza del año nuevo iluminará los rostros de todos.
Luciendo sus mejores vestimentas y rellenos de papel, paja y pólvora, los tradicionales muñecos que representan al año viejo “quemarán” las desventuras, las malas experiencias y hasta los desamores que experimentaron los capitalinos durante el año que está próximo a concluir.
En varios puntos del Distrito Central se observa en las aceras a los ingeniosos monigotes, algunos representan a figuras de la política hondureña, series animadas y hasta de la pantalla grande. Pero hay otros que mantienen un rostro anónimo solo con el fin de mantener viva la tradición de “tronar” las tristezas.
Algunos de sus creadores aprovechan para instalar un depósito para costear los gastos de elaboración del personaje.