TEGUCIGALPA, HONDURAS.- 'El amor es lo único que se reparte”, escribió
Antoine de Saint-Exupéry, creador del libro
“El principito”.
Al parecer, cada 14 de febrero la sociedad hace resurgir esta frase a través de mágicos detalles que le demuestran a ese alguien el porqué es especial.
Desde tempranas horas, el amor y la amistad tocaron con mucha delicadeza la puerta de miles de corazones de capitalinos creativos, quienes se esmeraron por sorprender a ese ser tan querido.
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Escenarios idóneos
La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), el bulevar Suyapa y el centro histórico de Tegucigalpa se desbordaron de ternura.
En la máxima casa de estudios, las risas, los abrazos, las declaraciones de amor, “bodas” y hasta canciones románticas -específicamente las de Sin Bandera- fueron los dulces ingredientes que se apoderaron de los universitarios.
En el bulevar Suyapa se ubicaron diversos negocios de flores, que fueron visitados por grandes y pequeños para adquirir coloridas, aromáticas y espléndidos regalos de la madre naturaleza.
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Asimismo, el casco histórico también derrochó amor, pues muchas familias y parejas se dieron cita para disfrutar de un tiempo ameno en compañía y degustar de ricos platillos de comida.
En los mercados de Comayagüela, el esperado día se llenó de dinamismo, lo que generó satisfactorias ventas.
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