TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Para garantizar un mejor suministro de agua potable en el próximo verano y evitar que el vital líquido se bote, han dado inicio los trabajos para reparar la cortina inflable de la represa Los Laureles.
Desde hace unos días una empresa extranjera se encarga de hacer las mejoras en el dispositivo mecánico, con el fin de almacenar tres millones de metros cúbicos más de agua
en el embalse.
Carlos Hernández, gerente de la División Metropolitana del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA), informó que la cortina presentó fallas desde hace dos años y su reparación tardarán al menos un mes.
“El propósito es que la cortina esté lista para la segunda etapa del invierno. Buscamos almacenar la suficiente agua para el verano del próximo año y no pasemos la misma crisis de este año”, dijo Hernández.
Como meta primordial es que para el fin del invierno, la represa esté llena y alcance su capacidad total de 10.5 millones de metros cúbicos de agua.
Niveles y horarios
Las lluvias que se ha reportado en los últimos días ayudaron a mantener, subir y mejorar la producción del agua en las represas de la capital.
Para el caso, la represa La Concepción tiene 40% de agua almacenada, equivalente a 14.71 millones de metros cúbicos.
El embalse de Los Laureles, tiene 2.54 millones de metros cubicos de agua, es decir un 24% de su capacidad máxima, con las lluvias subió un 3% su nivel.
Por su parte, la fuerte superficial de El Picacho, está produciendo 777 litros por segundo, el doble de lo que generaba en verano donde solo reportaba 330 litros por segundo.
“Ya están mejorando lo niveles, podremos dar mejores horarios desde junio. En el 75% de la ciudad se brindará el servicio cada tres días, como se ha dado antes del verano, pero en El Picacho, podrá pasar a cinco días, en lugar de cada 8”, reveló.
Se estima que para la segunda quincena de junio se podrá normalizar en servicio de tres días en toda la capital.
Las autoridades del SANAA, tienen sus dudas en que la represa La Concepción alcance su máximo nivel, ya que este invierno no será tan intenso como el año anterior.
Para los vecinos de 70 barrios y colonias del noreste de la capital, que sufren el fuerte racionamiento del vital líquido, esperan que con la llegada de las lluvias esta crisis de agua sea menor.
“Por ahora cada 10 días nos esta llegando el agua, pero con estas lluvias esperamos que el agua nos la habilite en menos tiempo”, confía María Benítez, presidente del patronato de la colonia Villa Nueva.
El ente autónomo anunciará el nuevo calendario de racionamientos, la próxima semana.