Fondo Antiguo de la Biblioteca Nacional, un patrimonio de la identidad hondureña

Conservar libros antiguos es una batalla contra el tiempo donde cada restaurador y bibliotecario es un guardián que sostiene con mano firme el patrimonio de la nación

  • 13 de enero de 2025 a las 09:00
Fondo Antiguo de la Biblioteca Nacional, un patrimonio de la identidad hondureña
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Tegucigalpa, Hoduras.- Es importante conservar el fondo antiguo de las bibliotecas porque son templos del saber y cimientos sobre los cuales se erigen los conocimientos actuales.

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En sus estanterías reposa la memoria colectiva de la humanidad, con palabras y fragmentos vivos que demandan ser cuidados con delicadeza ante la bruma del olvido que acecha con el paso del tiempo.

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El Fondo Antiguo de la Biblioteca Nacional Juan Ramón Molina es un claro ejemplo de esta misión, un faro que mantiene encendida la llama de la sabiduría de siglos pasados.

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Con cerca de 10 mil libros antiguos, este patrimonio conecta, como un puente indestructible, el conocimiento del ayer con las inquietudes del mañana.

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Desde obras de 1742 hasta textos de 1960, cada página resguarda las voces de aquellos que, con su pensamiento y esfuerzo, edificaron las bases del conocimiento que hoy nos sustenta.

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El libro más antiguo conservado data de 1742 y es una obra en latín que trata sobre los decretos gregorianos del siglo XVII.
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“La conservación del fondo antiguo es crucial para que un país no pierda sus imaginarios colectivos. Si estos desaparecen, se pierde también la identidad nacional”, expresó Armando Maldonado, director de la Biblioteca Nacional Juan Ramón Molina.

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El cuidado de estos tesoros demanda una batalla constante contra el tiempo y el olvido. La restauración de libros antiguos es un proceso meticuloso donde expertos trabajan para rescatar las partes deterioradas y preservar su integridad.

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Martha Aceituno, quien trabaja en la Unidad de Restauración, refirió que “todos los libros conservados aquí son como un gran tesoro nacional, por eso ponemos nuestro mayor esfuerzo en cada restauración”.

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Sin embargo, no todas las obras son fáciles de recuperar. “Algunos requieren mucho tiempo debido al nivel de daño que presentan”, añadió Aceituno.

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Los daños más comunes incluyen orillas deterioradas, lomos desprendidos y cubiertas desgastadas. A pesar de estos desafíos, el equipo logra restaurar un promedio de 360 libros al año, reparar 490 ejemplares y empastar alrededor de 15 volúmenes.

Pocos restauradores

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El trabajo de restauración es invaluable para recuperar el patrimonio histórico y documental de Honduras, pero enfrenta un desafío: hay pocos expertos en el oficio.

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“No hay una profesionalización para archivistas, bibliotecarios y restauradores”, lamentó Armando Maldonado, titular de la Biblioteca Nacional.

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Sin embargo, surge una esperanza con el Programa Nacional de Formación Bibliotecaria, una iniciativa que busca capacitar a especialistas en archivística, bibliotecología y fomento de la lectura.

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Este programa se desarrollará en colaboración con la Editorial Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

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Por su parte, Gabriela McCarthy, encargada del Fondo Antiguo, destacó la relevancia de este patrimonio: “Es una colección especializada, con muchas restricciones, pero indispensable para investigadores y académicos.

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Aunque está abierta al público, se requiere solicitar acceso formalmente debido a la fragilidad de los documentos”, indicó la entrevistada.

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Los miles de libros del Fondo Antiguo son testigos del conocimiento plasmado de siglos pasados que deben ser cuidados como conservación de la identidad de un pueblo.

Martha Aceituno y César Ramos realizan con amor la restauración de libros, un proceso de guerra contra el tiempo y el olvido que evita que el eco histórico se apague en cada página restaurada.
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Cada página frágil, cada lomo desgastado que luego es recuperado por manos expertas, cuenta una historia que va más allá de las palabras impresas, pues habla del sacrificio de la búsqueda y de la eterna necesidad humana de trascender el olvido.

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Conservar el legado de los libros antiguos es una batalla contra el tiempo, donde cada restaurador es un héroe silencioso, cada bibliotecario un guardián del saber y cada ciudadano un cómplice necesario.

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Preservar estas obras no es solo cuidar papel y tinta, sino sostener con manos firme el legado vivo de toda la nación hondureña.

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Marbin López
Marbin López
Periodista

Licenciado en Periodismo, egresado de la UNAH. Periodista de la sección Metro desde 2023. Contador de historias, formado en reportajes de periodismo cultural. Creador de pódcast de poesía, apasionado por la literatura e historia de Honduras.

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