LEPATERIQUE, HONDURAS.- “Yo no había ido nunca a Tegucigalpa, nos fuimos en el bus de las seis de la mañana, iba con ganas de vomitar, pero se me quitó y más vale porque tenía seguro un coscorrón”, narra inocentemente Luis Martínez, un niño que inmortalizó su primera experiencia de viaje hacia la ciudad capital hondureña en un libro hecho a base de material reciclado.
Y es que como Martínez, muchos pequeños de Lepaterique, Francisco Morazán, aprenden con esmero una nueva modalidad artesanal de confeccionar libros con diferentes materiales desechables.
Este proyecto denominado Biblioteca Cartonera, no solo se encarga de construir soportes o el medio en que se expresa una obra, sino “de enseñar a los niños a escribir de una manera literaria con textos creativos empleando técnicas como la metáfora, la personificación y el cine”, explicó Armida García, impulsora del proyecto en las escuelas del municipio lenca.
Esta iniciativa comenzó hace quince años; sin embargo, en el 2018 se creó la primera biblioteca artesanal. “Actualmente, trabajamos con la Secretaría de las Culturas, Artes y Patrimonios de los Pueblos de Honduras (Secapph)”, indicó García.
La biblioteca cuenta con más de 2, 000 libros divididos en 11 centros educativos, la mayoría ubicados en el municipio de Lepaterique. Según la experta en literatura, cada proyecto lleva el nombre de un escritor hondureño vivo.
La Biblioteca Cartonera está registrada a la Red Nacional de Bibliotecas Públicas. El proyecto cultural está compuesto por más de 2,000 libros artesanales.
De esa manera, “el escritor o escritora funciona como padrino o madrina de la biblioteca”, detalló García.
Entre los padrinos de estas bibliotecas se encuentra Xiomara Cacho, la primera mujer garífuna en publicar libros de poesía y Livio Ramírez , poeta y ensayista.
Pasos y materiales
Los pequeños escolares se integran en esta iniciativa cultural en un proceso de formación que permite dominar aspectos básicos sobre la literatura y otros campos artísticos.
Lo que incluye cuatro talleres: el primero es sobre escritura creativa, donde los niños conocen cómo dominar algunas licencias literarias; el segundo, es un taller sobre pintura para que ellos puedan ilustrar las partes de las obras que vayan realizando.
Luego se les enseña las técnicas de bordado, un aprendizaje que en las escuelas hondureñas se perdió poco a poco a través del tiempo.
Por último, aprenden técnicas básicas sobre el dibujo, no en un aspecto profesional, pues “aunque parezca un garabato, a la hora de bordar se mira precioso con el color para el texto”, indicó la entrevistada.
En cuanto a la elaboración de los libros, estos se conforman de varios materiales como tela y cartón reciclado.“Por lo general es difícil que los niños tengan en su casa cartón en grandes cantidades, ante esta situación buscamos otras alternativas”, detalló, la también escritora hondureña, Armida García.
A los niños se les pide aquella ropa que ya no utilizan “con características que sea de un solo color, que no estire y que tenga un grosor para un perfecto libro”, explicó la impulsora del proyecto cultural.
Desde que se inició la biblioteca en el 2018, unos 4,000 niños y adolescentes han participado en la elaboración de estas obras artísticas.
Los textos de los libros están basados en las experiencias y el entorno en que viven los escolares, son obras únicas y autóctonas donde se destacan los principios y valores. Asimismo, las tradiciones y costumbres que generan identidad en Lepaterique.
Y no solo eso, los pequeños leen literatura universal, lo que ayuda a desarrollar su comprensión lectora.
¿Por qué en Lepaterique?
El director del proyecto Biblioteca Cartonera, Joel Lara, expresó que Lepaterique es un pueblo con riqueza eminentemente cultural y tradicional, sumado a la belleza natural que tiene el municipio.
“La tradición lenca como el Guancasco existe aquí, en un lugar muy cerca de Tegucigalpa, pero a veces la gente desconoce”, refirió el artista textil.El experto valoró que a los niños se les debe enseñar el valor de la cultura y la lectura.
“Yo, siempre que hablo con los pequeños, les digo: ‘Lean porque en los libros está el saber, la persona que lee siempre tiene tema de conversación’”, aconsejó Lara.
El promotor de cultura expresó que en los niños está el futuro del país y a ellos se les debe inculcar el tema de la lectura hasta convertirla en un buen hábito.
El artista textil indicó que su trabajo es saber tejer, no solo el bordado de las mantas, sino la rica cultura que identifica a los niños del municipio.
Testimonio
Por su parte, la pequeña estudiante Mildrey Sosa, de la Escuela Pompilio Ortega de la comunidad de La Brea, Lepaterique, expresó que le encanta el proyecto porque “nos enseñan nuestro lenguaje”.
Mildrey mencionó que el programa es interesante porque se aprende cosas nuevas en la cultura.
Por otra parte, esta iniciativa es única en su tipo a nivel de bibliotecas en todo el país, por lo que se invita a la población hondureña a seguir de cerca los eventos culturales del proyecto que se desarrolla a nivel nacional e internacional.
Todos las obras son hechas por los niños de las escuelas quienes reciben técnicas de escritura, pintura y dibujo para elaborar soportes de materiales reciclados.
Única
Este proyecto cultural es único en el país en cuanto la formación de bibliotecas.
Con el apoyo de la Secapph la iniciativa ha tenido mayor alcance en varias escuelas del municipio; sin embargo, hay planes para expandirse en todo el país para fomentar la cultura y las tradiciones de los pueblos que como Lepaterique tienen sus costumbres que generan identidad y patriotismo nacional.