Nueva York tiene decenas y decenas de espectáculos, museos y galerías de arte, aunque siempre hay lugar para algo nuevo y original en la Gran Manzana, como lo prueba la espeluznante instalación sobre 'asesinos seriales' que acaba de inaugurarse.
Como en otros casos, los visitantes de 'Killers: A Nightmare Haunted House' (Asesinos: Una casa embrujada de pesadilla) recorren las diferentes salas examinando detenidamente el show aunque, a diferencia de lo que sucedería en el Museo Metropolitano, en esta ocasión salen empapados en sangre.
La exposición se realiza hasta principios de noviembre en el barrio de Lower East Side, en el sur de Manhattan, y lleva la experiencia de la tradicional casa embrujada por los caminos más lúgubres de la historia criminal estadounidense.
Actores que merodean en rincones de la instalación representan a asesinos seriales como Jeffrey Dahmer, 'el caníbal de Milwaukee'; Ed Gein, que robaba tumbas y se vestía de mujer, inspiración de filmes de horror como 'Psicosis', de Alfred Hitchcock, y 'La masacre de Texas'.
Para los visitantes ávidos de espanto, que pagan entre 20 y 60 dólares, la diversión comienza en la recepción del teatro, donde se exhiben objetos de los asesinos seriales.
Entre éstos pueden verse pinturas y poemas como los de Charles Manson, documentos de la policía, y fotografías de la autopsia de Jeffrey Dahmer tras ser asesinado en prisión por otro detenido.
'Es algo un préstamo de alguien que, por razones evidentes, quiere permanecer anónimo', dijo el vocero de la muestra, Daniel DeMello.
Acomodadores vestidos como agentes del FBI, la Oficina Federal de Investigaciones estadounidense, hacen formar fila a la multitud antes de dejar entrar a pequeños grupos a través de cortinas negras en la casa del horror. Quienes quieren ser tocados por los actores llevan pintada la cabeza con sangre falsa.
Una vez adentro, lo que más se escucha son gritos, de los actores -como la mujer que observa cómo un doctor psicótico le amputa una pierna- o de los visitantes.
Motosierras, un pasillo ensangrentado, un asesino electrocutado en la silla eléctrica, una condesa húngara del siglo XVI preparando un baño con sangre de jóvenes mujeres: incluso para quienes no se asustan, la puesta en escena tiene un efecto espeluznante.
El director del espectáculo, John Harlacher, afirma que los asesinos seriales generan una particular atracción en Estados Unidos.
'Están por todo el mundo, pero en Estados Unidos la cultura los eleva al rango de celebridades', explica Harlacher, agregando que los asesinos psicóticos estadounidenses incluso hasta respetan valores nacionales tradicionales, como 'planea con tiempo, trabaja duro'.
Harlacher espera unos 35,000 visitantes hasta principios de noviembre.
Entre el público presente esta semana se encontraba un hombre que sabe algo acerca de asustar a la gente: el director del célebre filme 'El exorcista', William Friedkin, quien salió con el pulgar en alto, aprobando lo que acababa de ver.
Para otra visitante menos conocida, Alexandra Balabuer, de 21 años, la experiencia también fue satisfactoria: 'Fue divertido. Me asusté, pero me divertí mucho', señaló.