TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En el escenario pospandémico, las habilidades blandas se erigen como oportunidades cruciales para el desarrollo y crecimiento laboral.
Según Juan David Aristizábal, CEO cofundador de PROtalento y excopresidente del Foro Económico Mundial, “cada vez más son valoradas como esenciales para lograr los resultados de los equipos de trabajo”.
En un análisis de la situación actual, se destaca la relevancia de habilidades como la inteligencia emocional y la capacidad de adaptación, fundamentales para sobrellevar el estrés y la incertidumbre en tiempos de cambio.
El distanciamiento social llevó a un aumento del relacionamiento digital en detrimento de las interacciones físicas y sociales. “Generaciones enteras finalizaron su educación escolar a través de una pantalla; otros, iniciaron su vida laboral en remoto. No conocen la interacción en un espacio físico laboral”, comenta Aristizábal.
No obstante, este panorama digital también implica desafíos considerables. En este sentido, se plantean interrogantes tales como: “¿cómo habilitamos comunidades de aprendizaje que prioricen el intercambio y la interacción social?”, “¿cómo impulsamos normas y comportamientos prosociales en sociedades cada vez más digitales?”, y “¿cómo hablar de trabajo en equipo, tolerancia a la frustración, flexibilidad, etc., en entornos digitales?”.
Para las empresas, las habilidades blandas han cobrado una relevancia sin precedentes. Juan David Aristizábal enfatiza que “el desarrollo de productos, estrategias y negocio requiere cada vez más de colaboradores autónomos, autorregulados, capaces de tener conversaciones difíciles y tomar un rol activo en las organizaciones”.
En este contexto, la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y colaboración, el pensamiento crítico, la inteligencia emocional y la adaptabilidad son habilidades cada vez más buscadas por las compañías al contratar, ya que aseguran un desempeño efectivo en el entorno laboral.
Aristizábal destaca que, si bien las habilidades técnicas permiten el acceso a un puesto de trabajo, son las habilidades blandas las que garantizan la retención del empleo y el desarrollo de una sólida trayectoria profesional.
“Un desarrollador web puede ser altamente competente en términos técnicos, pero sin habilidades de comunicación efectiva, trabajo en equipo y orientación a resultados, se convierte en un recurso altamente costoso para una organización”.
Ahora, el cultivo de habilidades blandas es un proceso fundamental para el desarrollo personal y profesional.
Aristizábal sugiere que estas competencias se forjan en ambientes reales, a través de la implementación de procesos de feedback y evaluación periódicos. “Es vital que a nivel de cultura organizacional se puedan identificar los retos de relacionamiento y de performance del negocio”, concluye.
