TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Alguna vez se ha preguntado, ¿cómo su carro logra acelerar suavemente y mantener una velocidad constante? Un componente clave, pero no siempre valorado resume la respuesta.
El cuerpo de aceleración, también conocido como mariposa de aceleración, desempeña un papel fundamental en el sistema de admisión de un motor de combustión interna en un vehículo. Aquí una explicación concisa.
Su función principal es regular el flujo de aire que ingresa al motor, permitiendo mantener una adecuada proporción de aire y combustible, lo que resulta esencial para lograr un rendimiento óptimo del motor, una buena eficiencia de combustible y reducir las emisiones contaminantes.
Mantener el cuerpo de aceleración en buen estado es crucial para asegurar una respuesta eficiente del vehículo al acelerar o desacelerar en diversas condiciones de conducción y lograr un desplazamiento suave.
Alertas
Algunas fallas comunes incluyen la acumulación de suciedad que puede obstruir la mariposa y dificultar su movimiento, un sensor de posición de la mariposa dañado que llegue a causar ralentí inestable o dificultad para mantener una velocidad constante, y desgaste de componentes internos debido al uso prolongado del vehículo que derivaría en una respuesta no lineal al acelerador y pérdida de potencia.
En algunos casos, también suele haber fallos en la unidad de control electrónica (ECM), manifestados por el encendido del indicador de falla del motor en el tablero y una respuesta deficiente al acelerador.
Si experimenta alguno de estos síntomas, es importante realizar un diagnóstico preciso y acudir a un taller especializado para su reparación.
El mantenimiento adecuado y la intervención oportuna pueden prolongar la vida útil de este componente, asegurando así una experiencia de conducción segura y placentera.
Observe con atención
Entre las principales alertas de que hay problemas con el cuerpo de aceleración de un vehículo están la pérdida de potencia, el consumo exagerado de combustible y humo denso en el tubo de escape.
Pedal sin control
Cuando el cuerpo de aceleración está extremadamente sucio, lleno de hollín, el vehículo se apaga, después se acelera y desacelera sin que el conductor le presione el pedal. En sí, el relantí (revoluciones por minuto) se altera.
En ocasiones, algunos conductores suelen confundir el apagado involuntario con una falla eléctrica, pero que el carro vuelva a encender al segundo intento descarta dicha relación.