TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “En ese momento todo se había vuelto negro, no veía salidas por ningún lado y mi mente se convertía en mi peor enemiga. No sabía qué hacer para que dejara de doler”.
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Testimonios como el anterior ejemplifican una infinidad de situaciones reales que personas a nuestro alrededor, a su propia manera, están tratando de sobrellevar. Algunos, afortunadamente, han decidido acompañarse en el proceso y confiar en el apoyo profesional.
Y es que el estigma de que asistir a terapia psicológica es solo para unos pocos está quedando cada vez más atrás. La pandemia del covid-19, por ejemplo, habilitó una mayor consciencia respecto a la importancia de priorizar la salud mental y emocional. Y el aprendizaje continúa.
La psicóloga Diana Lozano apunta que “todos somos candidatos a tomar terapia en cualquier momento de nuestra vida”. Diversos tipos de crisis se convierten en detonantes que nos impulsan a actuar. Migración, traumas de la infancia que repercuten en la adultez y diagnósticos de salud física o mental, solo para comenzar.
“Toda situación que saque al ser humano de su zona de confort o que le haga replantear una adaptación a algo inesperado es motivo suficiente, ya que estamos estereotipados a que todo salga de la manera como lo planeamos”, introduce la experta.
Casos puntuales
En cuanto a las principales razones por las que hoy en día los hondureños buscan atención psicológica profesional, la especialista menciona que los trastornos más comunes son adaptativos; dependencias emocionales, consumo de sustancias psicoactivas, duelos no resueltos, situaciones de violencia doméstica y de género, rupturas amorosas, ansiedad, depresión, trastornos alimenticios, de personalidad y de aprendizaje.
Adultos, niños, niñas y adolescentes son, en su experiencia, quienes más visitan la clínica en busca de una guía. “Generalmente se trabaja de manera complementaria, psicólogo y psiquiatra, ya que prevalece la integridad del paciente de manera que su intervención es biopsicosocial. Las valoraciones de atención urgente varían de acuerdo al caso y su gravedad”, detalla Lozano.
Sin embargo, “la experiencia nos da la pauta de la importancia de atender de manera urgente los casos de depresión con ideas suicidas, ansiedad, fobias, trastornos de consumo de sustancias psicoactivas, y todo lo que cause un desajuste emocional y físico en el entorno en que el ser humano se desarrolla, que es donde se evidencia la crisis”, esclarece.
Dicho proceso se mantiene hasta que, junto con el paciente, se trabaja en una recuperación emocional y el afrontamiento de la vida, desde implementar habilidades de solución con inteligencia emocional, el establecimiento de límites y el proyecto de vida con metas a corto y largo plazo más estables.
El tiempo, en promedio, que puede llegar a durar un proceso de acompañamiento profesional varía según el caso. La doctora explica que nunca es igual con ningún paciente, pero hay intervenciones de primeros auxilios psicológicos que van de tres a 24 horas, otras de primera instancia que abarcan de tres a seis sesiones, e intervenciones de segunda instancia donde el tratamiento se prolonga más y se torna integral con otros especialistas.
Beneficios
Lozano señala que es altamente probable que la persona encuentre respuestas de sanidad emocional a cada una de sus ideas erróneas con ayuda de la terapia. “Cognitivamente, su cerebro y sus pensamientos no se encuentran estables, es por ello que un profesional puede ser catalizador de nuevas ideas, trabajando en un proceso creativo, oportuno para cada paciente”.
Entre los beneficios a corto plazo, la especialista rescata: los pensamientos con mayor razonamiento, volver al paciente a sus redes de apoyo, hacer valoraciones de nuevos procesos con cambios sustanciales. A mediano plazo, una mejora continua en su autoestima, inteligencia emocional, habilidades de solución y confrontación para la autorreflexión.
Pero la recompensa a largo plazo es incluso un objetivo mayor, a través de la implementación de actividades que fortalezcan la seguridad en sí mismo y la toma de decisiones para beneficio propio. “Al final de la vida uno se casa con uno mismo, y con uno mismo deja la vida terrenal. Y es ahí cuando debemos amarnos de manera racional y saber que esa crisis vivida, si se vuelve a presentar, no va volver a doler emocionalmente de la misma forma. Habrá una mejor manera de salir adelante”, resalta la psicóloga.
La experta reconoce que las redes de apoyo son piezas fundamentales en los momentos difíciles. “Tienen el poder de influirnos de manera positiva y generarnos una nueva esperanza para sobrellevar el dolor. Sin embargo, amigos y familiares aconsejan, y un terapeuta recomienda conforme al caso y de manera objetiva, sin prejuicios, supuestos o estereotipos, ya que para ello se ha formado”, esclarece.
Acceso en Honduras
El recurso económico muchas veces se vuelve un limitante para quienes buscan atención especializada por la vía privada, pero hay otras opciones que puede considerar si este es su caso.
Lozano informa que en Honduras existe intervención gratuita en el Hospital Psiquiátrico Santa Rosita, el Hospital Psiquiátrico Mario Mendoza, Ciudad Mujer y ciertos hospitales públicos en cada uno de los departamentos. Además, las personas afiliadas o beneficiarias del IHSS pueden solicitar atención psicológica, psiquiátrica y en ocasiones neurológica, aunque el tiempo de espera en ocasiones se extiende debido a la demanda.
Y hay ciertas organizaciones de sociedad civil y cooperación internacional que abordan casos, considerando la población meta según sus proyectos en ese momento. Consulte todas las opciones posibles.