Tegucigalpa, Honduras.- Cuando las temperaturas bajan y los días se acortan, el entrenamiento físico puede enfrentarse a la desmotivación.
Despertar temprano para salir a correr bajo un cielo gris o acudir al gimnasio en un ambiente helado después de una jornada de trabajo se lee poco atractivo.
Sin embargo, el frío no tiene por qué ser una pausa en su rutina, al contrario, es la oportunidad para afianzar el porqué de su disciplina.
Lo claro es que el frío afecta al cuerpo en varios niveles: disminuye la elasticidad muscular, aumenta el riesgo de lesiones y puede reducir la sensación de sed.
Aunque, a pesar de estas dificultades, entrenar en estos meses gélidos tiene beneficios particulares como mejorar la capacidad cardiovascular, reforzar el sistema inmunológico y potenciar la resistencia mental.
La clave está en implementar estrategias diferentes a las de la temporada cálida, por ejemplo, opte por vestir ropa en capas para mantener el calor, trace una meta fija durante la temporada como correr una distancia determinada al día o completar un desafío (alcanzable) mensual, esta opción se desprende del iniciar a escuchar a su cuerpo.
No tema reducir la intensidad del entrenamiento al sentir molestias o necesitar más tiempo de adaptación; además, si considera que el clima es extremo para usted, ponga en juego el plan B: ejercitarse dentro de casa.
Y recuerde, aunque no sienta sed, tome agua regularmente porque el aire frío puede deshidratarlo más rápido de lo que cree, especialmente durante las actividades aeróbicas.
Fallos habituales que debe evitar
- Subestimar el calentamiento: en invierno, los músculos y articulaciones están más rígidos, lo que aumenta el riesgo de lesiones, por eso es crucial dedicar al menos diez minutos a un calentamiento dinámico que incluya movimientos articulares, ejercicios de baja intensidad y estiramientos activos.
- Exponerse demasiado: entrenar en el exterior sin verificar el clima puede ser peligroso, condiciones como viento fuerte o lluvias intensas aumentan el riesgo de hipotermia. Si los pronósticos son adversos, ejercítese en casa.
- Descuidar la alimentación: durante el frío, el cuerpo necesita más energía para mantener la temperatura corporal y si no consume los nutrientes adecuados antes y después de entrenar, se podrá sentir débil o perder masa muscular. La clave es priorizar alimentos ricos en proteínas, carbohidratos y grasas saludables.
- No proteger la piel: aunque parezca un simple viento, las irritaciones y la resequedad en su piel están a la orden del día. Aplique crema hidratante en las áreas expuestas y utilice protector solar.
Recomendaciones para iniciar el entrenamiento en casa
- Establezca un horario fijo y respételo: planifique sus entrenamientos en horarios regulares (como si se tratara de una cita) para reforzar el hábito y evitar posponer la actividad. Inicie con una rutina de 30 minutos.
- Busque algunas rutinas guiadas en internet: aproveche los beneficios de la tecnología para estructurar sus sesiones de ejercicio, lo ideal es optar por programas que se adapten a sus objetivos y condición física.
- Adapte sus ejercicios al espacio disponible: si cuenta con un pequeño espacio para entrenar, enfóquese en ejercicios de bajo impacto como planchas, sentadillas o trabajo de core.