Salud y Belleza

Estudio revela vínculo entre alimentos azucarados y mayor riesgo de cálculos renales

Las personas del grupo con el mayor consumo de azúcar tenían un 39 por ciento más de probabilidades de haber sufrido cálculos, frente a las que consumían la menor cantidad de azúcar
08.08.2023

NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- Hay una larga lista de motivos para evitar los alimentos ricos en azúcar, y un nuevo estudio quizá añada otro: los cálculos renales.

Los investigadores encontraron que, entre 28,000 adultos de EE. UU., los que consumían una dieta con muchos azúcares añadidos eran más propensos a tener un historial de cálculos renales (piedras en los riñones). Las personas del grupo con el mayor consumo de azúcar tenían un 39 por ciento más de probabilidades de haber sufrido cálculos, frente a las que consumían la menor cantidad de azúcar.

Los hallazgos, que se publicaron en la edición del 4 de agosto de la revista Frontiers in Nutrition, en realidad no prueban que el azúcar tenga la culpa.

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Y en cuanto a las personas que intentan prevenir las recurrencias de los cálculos renales, lo mejor es enfocarse en unos consejos más precisos sobre la dieta que se dirigen a los compuestos que forman cálculos en su orina, según el Dr. Johnathan Khusid, que se especializa en el tratamiento de los cálculos renales en el Sistema de Salud Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.

Pero limitar los azúcares añadidos sin duda es bueno para la salud general, apuntó Khusid, que no participó en el estudio.

Anotó que algunas de las consecuencias de salud vinculadas con una dieta rica en azúcar (como la obesidad y la diabetes tipo 2) también son factores de riesgo de los cálculos renales.

Los cálculos renales son comunes, y afectan a alrededor de un 10 por ciento de las personas en algún momento, según la National Kidney Foundation. Con frecuencia, se expulsan en la orina. Pero si un cálculo grande provoca un bloqueo de la orina o una agonía insoportable, los médicos quizá tengan que extirparlo.

La orina contiene varios minerales disueltos y otras sustancias. Los cálculos renales se forman cuando la química normal de la orina se descontrola, explicó Khusid. Quizá haya un exceso de un compuesto, o una insuficiencia de otro, o muy poco fluido en la orina para diluirlos todos. A partir de esto, unos cristales comienzan a formarse y a aglomerarse en la masa dura que es el cálculo renal.

La mayoría de estos cálculos contienen calcio, un hecho que tiene poco que ver con el calcio de la dieta, indicó Khusid.

Pero los hábitos dietéticos sí son importantes. El longevo consejo general para prevenir los cálculos renales incluye beber bastante agua (para aumentar el volumen de la orina); limitar el sodio, dado que hace que los riñones excreten más calcio en la orina; y reducir las proteínas animales, debido a sus efectos en la química de la orina.

Pero no está claro si los azúcares añadidos podrían estar vinculados con el riesgo de cálculos renales, según los investigadores del nuevo estudio, dirigido por la Dra. Shan Yin, del Hospital Afiliado del Colegio Médico del Norte de Sichuan, en China.

Los investigadores estudiaron la pregunta al analizar datos de un estudio de salud de larga duración del gobierno de EE. UU.

Se enfocaron en 28,300 adultos, de a partir de 20 años, que participaron en el estudio entre 2007 y 2018. Los participantes reportaron su salud y sus hábitos de estilo de vida, lo que incluyó la dieta, y se sometieron a exámenes físicos.

En total, un 10 por ciento dijeron que tenían antecedentes de cálculos renales. En general, estas probabilidades aumentaron junto con el consumo de azúcares añadidos de las personas, que se determinó a partir de entrevistas en que describieron lo que habían comido en las 24 horas anteriores.

Los participantes del estudio en el 25 por ciento superior de consumo de azúcares añadidos tenían unas probabilidades un 39 por ciento más altas de haber sufrido cálculos renales en algún momento, en comparación con las personas en el 25 por ciento inferior. Esto fue después de que los investigadores realizaran ajustes estadísticos para tomar en cuenta otros factores, como el peso corporal, la diabetes y la calidad general de la dieta.

Este panorama fue similar cuando el equipo de Yin observó las cosas desde una perspectiva distinta: las personas que obtenían al menos un 25 por ciento de sus calorías diarias a partir de azúcares añadidos tenían un 88 por ciento más de probabilidades de reportar antecedentes de cálculos renales, en comparación con las que consumían menos de un 5 por ciento de sus calorías a partir del azúcar.

Aunque los hallazgos no prueban causalidad, hay “múltiples motivos” debido a los cuales las personas propensas a los cálculos renales quizá deban limitar los azúcares añadidos, según el Dr. David Goldfarb, codirector del programa de prevención de los cálculos renales de Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York.

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Por un lado, dijo Goldfarb, “hace mucho que hay evidencias de que el azúcar aumenta la cantidad de calcio en la orina”.

Y como Khusid, anotó que las dietas ricas en azúcar podrían tener una relación indirecta con los cálculos renales, al fomentar el aumento de peso y contribuir a afecciones como la obesidad, la hipertensión y la diabetes.

“En general”, comentó Goldfarb, “los cambios en la dieta que respaldan la salud de los riñones también se asocian con una reducción en las tasas de cálculos renales”.

Pero cuando las personas ya han sufrido un caso de cálculos renales, y comprensiblemente desean impedir una repetición, quizá se justifique un método “personalizado” para su dieta, según Khusid.

Comentó que con frecuencia ofrece a sus pacientes la opción de una prueba de orina de 24 horas, en que se recolectan muestras a lo largo de 24 horas para analizar los niveles de calcio, sodio, ácido úrico y otras sustancias clave. Esto puede ayudar a orientar unos cambios específicos en la dieta.

Y el mantra de mantenerse hidratado siempre es útil. Khusid comentó que ahora mismo su consultorio está muy concurrido, en medio de las olas de calor veraniegas y el aumento en el riesgo de deshidratación.

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