MASSACHUSETTS, ESTADOS UNIDOS.- El vínculo entre el fútbol americano profesional y el riesgo de una enfermedad neurodegenerativa llamada encefalopatía traumática crónica (ETC) es bien conocido, y ahora un nuevo estudio sugiere que el fútbol americano también podría aumentar el riesgo de enfermedad de Parkinson, incluso entre los exjugadores de secundaria y universitarios.
“La enfermedad de Parkinson se ha reportado con frecuencia entre los boxeadores, pero no hemos explorado este vínculo en gran detalle en el fútbol americano”, comentó el autor del estudio, Michael Alosco, profesor asociado de neurología de la Facultad de Medicina Chobanian y Avedisian de la Universidad de Boston. “Es una evidencia adicional que muestra un vínculo entre el fútbol americano y problemas neurológicos a una edad posterior”.
Es probable que el denominador común sean los golpes en la cabeza.
El parkinsonismo es un término general para un grupo de trastornos neurológicos que resultan en problemas del movimiento. La enfermedad de Parkinson es la causa más común. Entre los síntomas se incluyen temblores, rigidez, una marcha arrastrada y un movimiento lento.
No se comprende del todo exactamente qué provoca el Parkinson, pero es probable que una combinación de factores genéticos y ambientales tengan algo que ver, según la Michael J. Fox Foundation for Parkinson’s Research.
En el estudio, los investigadores evaluaron a 1,875 deportistas, entre ellos 729 hombres que jugaban al fútbol americano, sobre todo a nivel amateur, y a 1,146 que practicaban otros deportes.
Todos los participantes estaban inscritos en Fox Insight, un estudio en línea de personas con y sin enfermedad de Parkinson, patrocinado por la Michael J. Fox Foundation. Los participantes que no tenían enfermedad de Parkinson le dijeron a los investigadores que les preocupaba su riesgo.
Los investigadores encontraron que los hombres con un historial de jugar al fútbol americano con placaje tenían un 61 por ciento más de probabilidades de ser diagnosticados con parkinsonismo o enfermedad de Parkinson. Los hallazgos se sostuvieron incluso después de que los investigadores controlaran otros factores de riesgo conocidos.
Mientras más tiempo había jugado un hombre, mayores eran las probabilidades, mostró el estudio.
Los jugadores de fútbol americano tenían una edad promedio de 68 años, y habían jugado durante más de cuatro temporadas, en general a nivel juvenil o de escuela secundaria. De los jugadores de fútbol americano, un 89 por ciento recibieron un diagnóstico de parkinsonismo o enfermedad de Parkinson.
Ahora, Alosco y sus colegas planifican continuar su investigación, y educar al público sobre estos riesgos potenciales.
“Hay muchos exjugadores de fútbol americano que no tienen enfermedad de Parkinson ni ETC”, anotó. “Estos problemas suceden debido a muchos factores de riesgo distintos que se suman”.
La prevención tiene un rol importante, apuntó Alosco.
“La mejor forma de reducir el riesgo es retrasar el juego de fútbol americano con placaje y eliminar a los impactos en la cabeza de los entrenamientos”, enfatizó.
Los hallazgos se publicaron en la edición del 11 de agosto de la revista JAMA Network Open.
El Dr. Roy Alcalay, profesor asociado de neurología clínica del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York, revisó los hallazgos.
“La asociación entre la enfermedad de Parkinson y la lesión cerebral se ha estudiado en el boxeo”, señaló Alcalay, y añadió que se ha reportado comúnmente que el excampeón de peso pesado Muhammad Ali tenía Parkinson.
“El nuevo estudio sugiere que el fútbol americano también podría aumentar estos riesgos, y amplía los datos de que jugar al fútbol americano puede ser peligroso”, apuntó. “Lo preocupante es que incluso los jugadores no profesionales tenían un riesgo más alto de enfermedad de Parkinson en este estudio, y no hay ninguna señal de advertencia temprana que indiquen que si sucede algo específico se deba dejar de jugar o acudir a un neurólogo”.