También notarán cambios quienes no trabajan necesariamente en oficinas. Podrían modificarse los turnos para que no haya mucha gente a la vez en los sitios de trabajo. Tal vez se dispongan rotaciones, en las que algunos días se trabaja en la oficina, otros desde la casa. Podría haber marcas en el piso y sensores que recuerdan a la gente que debe guardar distancia de los demás. Y no se descarta que reaparezcan los cubículos, para que haya barreras físicas entre los empleados.
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“Esto va a producir muchos cambios que la gente no se animaba a hacer”, pronosticó John Furneaux, CEO de Hive, un startup de software para las oficinas con sede en Nueva York. La pandemia “alentará cambios en prácticas de hace cien años”.
Hive planea alterar los turnos para que sus empleados no tengan que viajar en trenes subterráneos atestados a horas pico, según Furneaux, a quien se le detectaron anticuerpos del Covid-19.
En firmas más grandes, con oficinas en edificios de torre, los ejecutivos están replanteando también las cosas y decidiendo cómo se manejan de ahora en más. El banco británico Barclays está planeando “ajustes a largo plazo” y reconsiderando la ubicación de sus oficinas, según el CEO Jes Staley. “La idea de tener 7,000 personas en un edificio puede ser algo del pasado”.
Eso ya se está viendo en China, donde se empezaron a aflojar las cuarentenas en marzo. Las autoridades municipales de Beijing están limitando la cantidad de gente en las oficinas, permitiendo no más del 50% del personal de antes de la pandemia. Exige a los trabajadores que usen tapabocas y que mantengan un metro (3,3 pies) de distancia.
Es previsible que la pandemia marque la desaparición de algunas tendencias, como la de compartir escritorios para crear ambientes más informales y creativos. Reaparecen los cubículos y otras particiones, según arquitectos.
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La firma de diseños Bergmeyer está instalando nuevamente separaciones en 85 escritorios de su oficina de Boston. Eso devolverá “cierto grado de privacidad” a los escritorios y representará una barrera física importante en esta crisis sanitaria”, de acuerdo con la vicepresidenta Rachel Zsembery.
No hay apuro alguno por que la gente vuelva a la oficina. En Google y Facebook, los empleados podrán trabajar en forma remota hasta finde año. Otras firmas se han dado cuenta de que en realidad no necesitan una oficina.
Ejecutivos del startup de San Francisco Range planeaban mudarse a una oficina más grande. Pero dejaron sin efecto ese plan y decidieron seguir por tiempo indefinido con la gente trabajando en forma remota, lo que les ahorrará más de 100,000 dólares en alquiler.
“Es algo que se veía venir”, dijo Jennifer Dennard, cofundadora de la firma.
Un aspecto positivo de tener gente trabajando remotamente es que las empresas pueden contratar personal más allá de San Francisco, donde la vivienda es muy costosa. Pero Dennar dice que, por otro lado, no tener gente bajo un mismo techo impide un contacto estrecho que facilita la creatividad y las ideas nuevas.
Good Brothers Digital, firma de relaciones públicas de Gales, renunció a su oficina del centro de Cardiff. Su director Martyn John dijo que la productividad es la misma ahora que la gente trabaja desde su casa y que decidieron ahorrarse el alquiler, que es uno de los principales gastos de la compañía.
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John dijo que la gente está feliz trabajando desde su casa y que no ve la necesidad de hacerla ir a una oficina.
“Esto es algo que la gente va a exigir ahora”, especuló.
No todas las empresas pueden darse el lujo de tener todo su personal afuera de la oficina, especialmente las grandes, con miles de empleados. Pero esas firmas también están analizando quién es imprescindible en la oficina y quién puede trabajar desde la casa.
La ejecutiva de Dell Jen Felch dijo que la firma va a permitir que algunos trabajen desde sus casas, pero que “vamos a seguir necesitando tener oficinas” porque hay tareas que se desempeñan mejor allí.
Más del 90% de los 165,000 empleados de Dell en todo el mundo están trabajando remotamente durante la pandemia, comparado con el 30% de antes de la crisis. Felch calcula que, una vez superada la pandemia, el 50% seguirá trabajando desde su casa.
Las compañías tendrán que prestar más atención a la higiene de sus oficinas y tratar de evitar los contactos personales.
“Es posible que se dé la curiosa situación de que hacemos conferencias telefónicas aún estando todos en la oficina”, dijo Furneaux, el ejecutivo de Hive.
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