Salud y Belleza

Narcoenfermedades, la secuela silenciosa por el consumo de cocaína 

Pérdida de tabique, depresión, problemas coronarios, hepáticos o neurológicos, impotencia sexual, necrosis...la ONU alerta sobre las consecuencias del consumo

02.06.2020

BOGOTÁ, COLOMBIA.- El legado oscuro de los narcos retumba en el mundo. Pero en silencio, en medio de estigmas y dolores, viven los enfermos por el consumo de cocaína en el principal productor global de esa droga.

Pérdida de tabique, depresión, problemas coronarios, hepáticos o neurológicos, impotencia sexual, necrosis...la ONU alerta sobre las consecuencias del consumo.

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Poco menos del 1% de los colombianos reconoció haberse drogado con cocaína en 2013, lejos de los principales mercados: Estados Unidos (2,70%), Inglaterra (2,67%) o Australia (2,50%), según la ONU.

Los datos de muertos y adictos son inciertos, pero en el mundo hay 35 millones de personas con 'trastornos' y necesitadas de tratamiento. Al año fallece medio millón, según Naciones Unidas.

Estas son las historias de consumidores y sus padecimientos:

Tabique perforado

La sangre no impedía que Nicolás Merizalde dejara de 'meter perico', como se conoce a la cocaína en Colombia.

'Con un pañuelo, con lo que fuera, me limpiaba la sangre, dejaba que secara un poquito, volvía (a aspirar) y volvía y botaba sangre', cuenta el hombre de 47 años. Su tabique ahora es de platino.

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La afectación de tabique y cornetes fue el resultado de un consumo desenfrenado que comenzó a los 14 años. El daño suele presentarse entre quienes aspiran durante lustros.

'La cantidad de elementos, de ácidos, que tiene la cocaína tienen el poder de ir comiéndose el hueso, literalmente'. 'Lo más grave es la cantidad de microinfartos cerebrales que puede tener' porque, con la perforación, la sustancia va directo al cerebro.

Impotencia sexual

Alberto asegura que la impotencia sexual fue una de las causas de su separación. 'Enamorado' desde adolescente de la cocaína, nunca pensó en que su vicio lo traicionaría bajo las sabanas.

'Fue reincómodo, lo peor que le puede pasar a uno... eso fue parte también de los detonantes para separarnos, porque ella empieza a ver que mi cuerpo, que mi vida, todo ya (estaba) en función de la droga', cuenta en un pasillo del Hospital Infantil Universitario de San José en Bogotá.

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Tenía 22 años y ocho de consumir a diario. Intentó tener sexo, pero por 'alteración del cuerpo' no pudo reaccionar. No obstante, siguió aspirando. Se casó luego y tuvo dos hijos, pero su vida sexual se esfumó por las disfunciones eréctiles.

Necrosis

Jorge Rodríguez se quita la camiseta y muestra pecho, espalda y brazos. Su piel trigueña retrata su 'infierno' por una necrosis cutánea por aspirar cocaína rendida con medicina veterinaria.

Sus extremidades y torso llevan cicatrices del tamaño de una lenteja cada una. Donde ahora hay máculas por años hubo sangre y ardor.

'Esta rasquiña no te deja hacer absolutamente nada, ni leer, ni digitar bien, ni tener sexo (...) te daña la vida', cuenta en su casa, en el centro de Bogotá. 'La cama llena de sangre, las camisas... es una enfermedad absolutamente vergonzosa... estaba manchado todo el tiempo'.

A finales de la primera década del 2000 el cuerpo de Rodríguez, de 50 años, empezó a resecarse. Aparecieron pequeños granos que explotaron y se convirtieron en llagas.

La entidad halló que la droga estaba mezclada con Levamisol, uno de los químicos con los que los narcos rinden su mercancía para aumentar ganancias. Estudios científicos señalan que ese antiparasitario puede provocar necrosis cutánea en consumidores crónicos.