Salud y Belleza

¿La pandemia está cambiando el cerebro de niños y niñas?¿Cómo les ha afectado?

Con la llegada del coronavirus la vida de las personas cambió y no solo la de los adultos, sino que los niños que han sufrido ver como se trastocó su pequeño mundo
18.01.2022

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La pandemia no ha sido nada fácil, cambios en la manera de trabajar, de movilizarse y hasta de socializar. Pero te imaginas ser un niño y que de un día para otro el pequeño mundo que conoces cambie tan radicalmente. Eso es lo que les ha tocado vivir a los menores en estos dos años.

Los niños han sufrido de otras formas las consecuencias de la pandemia del covid-19: temores y desarrollo social, entre los principales factores. Hasta ahora, la covid-19 apenas tiene consecuencias neurológicas importantes cuando los infectados son niños y niñas. Sin embargo, eso no significa que su cerebro vaya a salir indemne de la pandemia.

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Sobre todo porque las restricciones que les imponemos sí podrían afectar al desarrollo de su cerebro. Y, con él, a su vida mental posterior, puesto que es en el cerebro, en sus conexiones neuronales, donde se generan y gestionan todos nuestros comportamientos, detalla el sitio Infobae.

Equilibrio entre rutinas y novedades

Hace tres años nadie salía a la calle con mascarilla, ni se planteaba hacerse un test de antígenos (¿un test de qué?, hubiésemos preguntado), ni contaba cuantas personas podían sentarse juntas en la terraza de un bar.

Tampoco estábamos pendientes de si nos tocaba hacer teletrabajo o debíamos ir presencialmente a laborar, o de si el aula de nuestros hijos e hijas iba a estar en la sala de casa.

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Posiblemente, hace tres años hubiésemos llevado más a menudo a nuestros hijos e hijas al parque o a realizar a sus actividades extraescolares preferidas.

La pandemia de covid-19 ha cambiado nuestras rutinas y las posibilidades que tenemos de modificarlas de manera deseada, por placer. Ha cambiado para los adultos, pero también para las niñas y los niños. La cuestión es: ¿pueden afectar estos cambios, producidos por la necesaria gestión de la pandemia, al desarrollo de su cerebro?

El neurodesarrollo de “los niños de la pandemia”

Desde una perspectiva estrictamente médica, en algunos casos severos la infección por el virus causante del covid-19, el SARS-CoV-2, puede provocar problemas neurológicos en ciertas personas. Lo que, en el caso de afectar a niñas o niños, podría interferir en su neurodesarrollo. Sin embargo, las evidencias médicas recogidas hasta la fecha indican que los niños y las niñas no son los más afectados por el covid-19. Además, en la mayoría de los casos los síntomas que tienen son de naturaleza leve.

Lo que tal vez no sea tan leve es cómo las restricciones que les imponemos (para contener el avance de la pandemia y limitar las hospitalizaciones) afectarán al desarrollo de su cerebro. Y, con él, a su vida mental posterior, puesto que es en el cerebro, en sus conexiones neuronales, donde se generan y gestionan todos nuestros comportamientos.

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El motivo es simple: el cerebro va construyendo sus redes neuronales a través de las interacciones con el ambiente. Así que cualquier cambio ambiental afecta la construcción del cerebro. Es lo que se denomina plasticidad neuronal, y es máxima durante la infancia. Por este motivo la infancia es la etapa de la vida en que los factores ambientales nos influyen más, siendo los tres primeros años de vida los que presentan una mayor vulnerabilidad.

Emociones bajo la mascarilla

Sin ir más lejos, durante la primera infancia las niñas y los niños aprenden qué son y cómo se expresan las emociones. Lo hacen observando el rostro de los adultos. Pues bien, el uso de mascarillas disminuye estos aprendizajes. E incluso se ha visto que dificulta el aprendizaje del idioma. Esto tendrá, no cabe duda, consecuencias en su futuro, aunque es difícil prever hasta dónde van a llegar.

Otro aspecto importante es la reducción del tiempo que los niños y las niñas pasan jugando con otros niños y niñas, tanto por las restricciones sociales como por la supresión o disminución de las actividades extraescolares. El juego con sus iguales es crucial para un desarrollo sano y equilibrado de su cerebro. No solo trabajan aspectos clave como la socialización, sino que incluso se ha visto que el juego mejora la función cerebral y es una de las maneras clave en que aprenden a hacer frente a situaciones futuras inesperadas. Y eso incluye también aspectos relacionados con la resiliencia.

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A todo ello habría que añadir el contacto con la naturaleza y el aire libre, que también se ha visto que es crucial para un neurodesarrollo equilibrado durante la infancia.

Proteger a los vulnerables

No se trata de ser alarmistas, ni mucho menos. Debemos aprovechar los conocimientos científicos derivados de estos y otros trabajos para evitar que las personas más vulnerables, aquellas que pueden terminar arrastrando consecuencias más duraderas, las niñas y los niños, vean su vida mental perjudicada por las restricciones que les imponemos los adultos, por los cambios sociales que se derivan de estas restricciones y por los miedos que, a menudo sin darnos cuenta, les transmitimos.

Al final, se trata de favorecer que continúen socializando, manteniendo abiertos los centros educativos y las actividades que realizan tanto como sea posible. Y apoyándoles siempre emocionalmente, evitando traspasarles nuestra ansiedad y nuestros miedos.