¿Vive con una persona tóxica? Aprenda a protegerse sin culpas

Tegucigalpa, Honduras.- En la vida moderna, afrontamos a diario un aluvión de emociones: la incertidumbre económica nos paraliza, nos agobia la inseguridad, sucumbimos al escuchar o leer información.

Pero todo se intensifica cuando compartimos el período de convivencia con una persona tóxica. Se ha hablado mucho de lo que este tipo de compañías provoca en nuestra vida y de que la mejor opción es cortar de raíz cualquier nexo que mine nuestra salud mental.

Si bien esto puede aplicarse al entorno laboral, con un amigo o incluso con una pareja cuyo vínculo decidamos dar por terminado, no siempre es tan fácil salir de ello.

¿Y si la relación nociva es con un miembro muy cercano, como una madre, un hijo o una hermana? Si salir huyendo no es una opción, y no quiere acabar agotado o desmoralizado, será necesario emplear herramientas para que esta relación resulte lo menos dañina posible.

El psicólogo Antonio Escobar nos aclara los rasgos típicos de una persona tóxica. Perfil de los tóxicosAunque tóxico no es un término clínico, se utiliza coloquialmente para describir a personas egocéntricas, pesimistas, negativas, que evitan asumir responsabilidades por sus actos, son vanidosas, críticas y autoritarias.

Estas tienden a jugar a ser víctimas, son envidiosas o celosas, demandan excesiva atención y manipulan a los demás para lograr sus objetivos. Además, suelen culpar a otros por situaciones que ellas mismas provocan.

En apariencia, pueden parecer personas seguras, pero en la intimidad tienden a ser infelices y no les importa dañar verbal o emocionalmente a los demás para obtener lo que quieren.

De acuerdo con el también psicoterapeuta individual y familiar, generalmente un comportamiento negativo prevalece porque hay algún tipo de beneficio. Pero cuando este se corta, que puede ser manipulación o control, la persona ya no obtiene lo que pretendía y, en muchos casos, el comportamiento cesa.

De ahí la importancia de adoptar estrategias de afrontamiento. Por ejemplo, establecer límites. Estos en cualquier circunstancia sirven para blindarnos contra cualquier daño que atente contra nuestra salud mental. Fijarlos significa poner en palestra lo que sentimos, necesitamos y esperamos

Según Escobar, el comportamiento negativo persiste porque la persona obtiene alguna regalía a cambio. Para contrarrestarlo, es esencial establecer límites firmes

:-Establezca límites claros: Exprese cómo las acciones de la otra persona le afectan, siendo directo y específico.

-Use un tono neutral: Evite gritos, sarcasmo y maldiciones para evitar respuestas agresivas.

-Prevenga conflictos innecesarios: No participe en discusiones que solo buscan crear tensión.

-No justifique ni discuta en exceso: No prolongue el conflicto para reducir el poder de la otra persona.

-Deje pasar lo menos importante: Aborde temas menores más adelante, sin convertirlo en una evasión constante.

-Aborde comentarios groseros: Pregunte por qué la persona actuó de cierta manera para fomentar la reflexión.

-Evite consejos no solicitados: Estos pueden ser percibidos como críticas y generar resentimiento.