TEGUCIGALPA, HONDURAS. Por muy cuidadoso que sea, nadie está exento de sufrir accidentes. Y en esta temporada, cuando muchos buscan captar los momentos más divertidos de la visita a la playa o la piscina, los celulares peligran más de lo normal.
Por supuesto, enfatizar en las precauciones necesarias para evitar mojar accidentalmente su dispositivo es la norma prioritaria. Pero ante la posibilidad de fallar en el intento y enfrentarse al miedo de haberlo dañado sin reparo, aquí una guía de apoyo.
Paso a paso
Lo primero que debe hacer, aunque parezca un tanto obvio, es sacarlo del agua inmediatamente. Y es que entre mayor tiempo pase el aparato bajo esta condición, más probabilidades habrá de que se vea afectado seriamente.
Luego, resístase a la tentación de encenderlo, incluso evite pulsar algún botón. Si no se hubiera apagado con la inmersión, apáguelo usted. Tenga en cuenta que podría producirse un cortocircuito y fundir algunos de sus componentes.
En el caso de que sea posible, extraiga la batería y cualquier tipo de protector que tenga. Si tiene un teléfono de última generación o un iPhone (lo que imposibilitaría este paso), y estuviera encendido, apáguelo de inmediato, pero recuerde siempre quitar la tarjeta SIM o cualquier otra que tenga incorporada.
Para quitar el excedente de agua intente hacerlo con mucho cuidado con una servilleta o pañuelo de papel, aunque será más eficiente eliminar las gotas de agua más superficiales con un aspirador (nunca con un secador, ya que puede dañar alguno de los circuitos internos con el calor).
Una vez esté seca la parte superficial, puede introducir el teléfono dentro de una sustancia desecante. Los blogs especializados recomiendan el gel de sílice y el método del arroz. Déjelo reposar durante 24 horas.
¿Funcionó?
Finalmente, una vez haya pasado el tiempo mínimo de secado, tendrá que comprobar si todo lo anterior ha funcionado. Considere que lo más importante es la cantidad de agua que haya llegado a los circuitos y a los chips.
Si no enciende, llevarlo con algún especialista en reparaciones podría ser su última opción, sin descartar la idea de que quizá tenga que reemplazar su teléfono por otro.