TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las autoridades de la Federación Centroamericana del Arroz (Fecarroz) solicitaron a la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, que se busque una solución para los agricultores que están siendo afectados por la liberación de aranceles en el marco del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-CAFTA, por sus siglas en inglés).
Los productores de arroz afirman que existe una inminente quiebra de más de 62,000 productores debido a la eliminación de los aranceles a la importación de arroz desde Estados Unidos, medida que fue pactada en 2006 y se comenzó a aplicar a partir de 2015. Este año el arancel ha bajado a 15%, para 2022 se reducirá a 7.5% y para 2023 será cero. Al liberar el comercio del arroz, los productores locales quedan en desventaja porque no pueden competir con la industria de escala y altamente tecnificada que tiene Estados Unidos, según los representantes de Fecarroz.
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Consideran que esta situación generará aumento del desempleo y pobreza de sus zonas agrícolas, ya que más de 100,000 personas dependen directamente de este cultivo, lo que representa unos 350,000 empleos en total, y prevén serias implicaciones sociales, económicas y políticas por efectos del Tratado.
Advierten que de no hacer nada, pasará en Centroamérica la misma experiencia de México, donde luego de la liberación comercial del arroz, la producción mexicana prácticamente desapareció.
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Efectos en el campo
Para Fredy Torres, representante de la Asociación de Productores de Arroz de Honduras, que se logre la revisión del tratado es difícil, “pero hacemos la gestión porque de lo contrario, se desplazan 62,000 familias del campo, aumenta la pobreza, habrá desempleo para 350,000 personas y aumenta la migración hacia Estados Unidos”, dijo Torres.
También reconoce que debe haber una gestión de los gobiernos de la región, ya que cada Estado aceptó el tratado sin medir las consecuencias que traería, puesto que los productores de la región no lograron ser más competitivos por la serie de dificultades que enfrentan y la falta de subsidios, contrario a lo que ocurre en Estados Unidos que tienen subvenciones permanentes para este rubro.
Torres solicitó que se mantenga el compromiso de compra de los industriales a los productores nacionales para acceder a las cuotas de desabasto.
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