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Julio López Casaca, el carismático locuaz con deseo de gobernar Honduras: 'Daré el ejemplo de respeto a la ley'

A la gente de casaca los conocemos como los que aparentan lo que no son; dicen una hora y llegan tarde; prometen cosas y no las cumplen. Al menos el candidato del Pac se considera contrario a todas esas definiciones. Dice ser honesto aunque su apellido se interprete de otras formas.
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02.11.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Cuando el maestro de español retó a Julio César López Casaca a dar un discurso para pasar con 100% la clase, con miedo y sin dudarlo aceptó.

“Yo no era mucho de hablar en público, me daba pena y nervios”, recordó mientras se carcajeaba. “Estaba aplazado en español”, pero tuvo el valor de aceptar el reto del maestro. Se mostró en frente de toda la clase con aflicción y dijo: “Buenos días, ¿qué tal?”, y aprobó la clase.

Ante esa situación anheló aprender a hablar en público sin temor. Entró a un curso de oratoria en el Instituto Maria Auxiliadora y logró aprobarlo. Resultando ser fructífero. Se graduó de promotor social en la secundaria y lo detectaron como uno de los mejores promotores del país.

Pero qué interesante resultan ahora las cosas. Hay personas que ponen a prueba nuestra paciencia; Julio es una de ellas. Apenas abre la boca y cuenta su vida en alrededor de cinco minutos. No necesita más. Sin embargo, asegura que exponer su plan de gobierno requiere más de 15 minutos para dejar en claro que lo que él dice no tiene nada que ver con su último apellido.

Recuerda que sufrió bullying por apellidarse así: Casaca. En una clase de la universidad, el maestro pasaba lista y mencionaba primero su apellido y luego el nombre.

Cuando llegaba el turno de Julio era cuando decía: “Casaca, Julio César” y todos se le quedaban viendo. “Creo que los compañeros que estaban en la universidad se acuerdan de mí, no me olvidan fácilmente”, expresó.

Ahora se enorgullece de andar en busca de la presidencia de Honduras sin necesidad de tener vínculos con el narcotráfico ni la corrupción.

“Del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, es la frase -con la que Abraham Lincoln definió la democracia- que marcó una huella en la mente de Julio López Casaca, un humilde campesino carismático de 56 años originario de San Nicolás de Copán, zona noroeste de Honduras.

Busca gobernar el país a través del Partido Anticorrupción (Pac) para defender los derechos de las personas. Se encuentra en una institución política cuyo fundador (Salvador Nasralla) fue expulsado por formar parte de otros partidos donde la ideología es diferente a la del organismo.

Incursión en la política

Por el magnificado y admirable logró de ser de los mejores promotores sociales de Honduras, la ex primera dama Miriam de Azcona (1986-1990) lo llamó para que trabajara en el equipo de staff de la presidencia y tuvo la oportunidad de reunirse con el empresario Emilio Larach “cuando apenas era un jovencito” relató.

“Con la primera dama y Emilio éramos parte del comité de parques infantiles, miramos que los parques infantiles eran una salida para la delincuencia juvenil”, comentó entre risas como solía expresarse mientras avanzaba la entrevista.

Pasó el tiempo. Entre tanto trabajo organizaron un sindicato que era el bloque de los patronatos a nivel nacional como una verdadera representación de los demás, sin que fueran ellos los que manejaban realmente el curso del país. Con ello se fue incursionando en la política, pero tuvo obstáculos e incluso traiciones dentro del movimiento.

“Tenía mucha disidencia de parte del Congreso Nacional, incluso para que yo fuera sacado del sindicalismo”, mencionó.

En esa década había peligro para la familia, pues ocurría persecución en los años 80. La esposa de López lo puso entre la espada y la pared: “O seguís en política o con la vida familiar”. ¿Qué hizo en ese caso?

Julio López Casaca mientras conversaba con EL HERALDO sobre su visión de gobierno. Foto: Johny Magallanes / EL HERALDO.

Julio López Casaca mientras conversaba con EL HERALDO sobre su visión de gobierno. Foto: Johny Magallanes / EL HERALDO.

Una decisión impetuosa

Julio López Casaca se encontraba en una situación difícil y comprometida. Estaba hablando la mamá de sus dos hijas. Lo elocuente y carismático se le quitó por la seriedad del asunto. Se encontraba en una perplejidad en que si optaba por salir de la política tenía que dejar sus convicciones en la lucha por el pueblo.

En esos días estaba por graduarse de la universidad, por lo que prefirió salirse de la política para hacerle caso a la familia; hasta cierto tiempo. Se dedicó a terminar sus estudios y se tituló como licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales con orientación en derecho penal en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

Pero resulta que la parte social siempre llega en busca de él. En 1991 recibió la llamada de Miriam Miranda, presidenta de la Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofraneh), hizo que perteneciera a la Confederación de Pueblos Autóctonos de Honduras (Conpah) y en el Consejo Asesor Hondureño para el Desarrollo de las Etnias Autóctonas (CAHDEA).

Contrataron nueve abogados para poner uno en cada pueblo indígena. A Julio le asignaron el grupo Pech. El objetivo era hacer un trabajo de reivindicación de dominio en las tierras. Con esfuerzo y muchas ganas, salió seleccionado como el mejor abogado de todos.

“Ese reconocimiento me dio el empleo para que trabajara con todos los pueblos indígenas, corrieron a otros abogados y me dejaron como responsable de la parte legal de todos ellos”, confesó.

Para ese año, Julio trabajó mucho en la Conpah. Sacó la proximidad jurídica, que es un principio que promueve la solución de los conflictos de leyes, e hizo prevalecer el convenio de dicho ente. En ese momento la presidencia le firmó un convenio con los grupos étnicos en que el presidente que llegara le iba a dar vida a la Secretaría de los Pueblos Indígenas.

“Yo fui el encargado de hacer el decreto de creación que fue sometido al Congreso Nacional y quien le dio vida al decreto fue Juan Orlando Hernández cuando era titular de la institución (2010-2014), pero que paradójica son las cosas, él mismo desapareció la secretaría cuando llegó a ser presidente de la República”, contó de manera sarcástica cuando realmente pretende inducir que hay algún otro motivo por el que lo quitaron.

En algún momento de su vida estudiantil, compartió aula de clases con Juan Orlando Hernández, reveló el candidato del Pac. Foto: Johny Magallanes / EL HERALDO.

En algún momento de su vida estudiantil, compartió aula de clases con Juan Orlando Hernández, reveló el candidato del Pac. Foto: Johny Magallanes / EL HERALDO.

Lucha contra la corrupción

Primero como ciudadano hondureño, luego como abogado y candidato a la presidencia: han sido 30 años trabajando por el combate a la corrupción, el fortalecimiento de la educación y los derechos humanos de las personas, resume.

Julio tiene consumado que solo con hablar no se hacen las cosas: “el pueblo quiere hechos y no palabras, porque eso cualquiera lo hace”, comentó. Pero qué interesante resulta ser el asunto: ¿cómo creer en lo que dice una persona que se apellida Casaca?

En nuestro lenguaje coloquial a la gente de casaca los conocemos como los que aparentan ser lo que no son; dicen una hora y llegan tarde; prometen cosas y no las cumplen. Al menos el candidato del Pac se considera contrario a todas esas definiciones. Dice ser honesto aunque su apellido se interprete de otras formas.

Aclara que si él llega a la presidencia de la República, no aprobará ninguna ley que esté en contra de la Constitución: “Ningún ciudadano tiene que obedecer una ley que lleve la contrariedad del país”.

“El gobierno ha engañado a tantos jóvenes; merecen un futuro mejor en este país”, lamentó. Ha conocido más de 17 países por cuestiones de estudio y becas, pero cuando llega a Honduras se da cuenta de la riqueza que tiene.

Se sumó a la bandera anticorrupción porque pretende hacer que en Honduras se cumplan todas las leyes, porque los jóvenes lo merecen. Él juzga que el principal problema de Honduras es la corrupción.

“Para que no haya corrupción el ejemplo lo tiene que dar el primer magistrado, que es el presidente de la república. Porque si yo tengo ética, transparencia, le puedo exigir: usted corríjase, pero si no tengo ética, ¿cómo le voy a decir que se corrija?”.

Si hay corruptores habrán corruptos. Con la lucha contra la corrupción se identifica Julio porque asegura que si le hacen una investigación de su vida tendría que reconocer que lo hay y, si sucede, llamaría a que lo saquen a la luz pública para pedir perdón por haberlo cometido.

-¿Considera que Juan Orlando Hernández sea corrupto?

-Mire, yo no puedo decir que es corrupto, lo que puedo decir es que es muy hábil; ha sabido manejar el poder hasta cierta parte, pero el poderío se mastica y se digiere. En este caso el muchacho lo ha masticado, digerido y embrutecido porque ha hecho mal uso de poder.

Toma en consideración que Juan Orlando es un hombre inteligente. “Ese dote lo hubiera utilizado para serle bien al país y así todo sería completamente diferente, sino que inseguridad ciudadana y temor a las elecciones -agregó- e incluso puedo decir con garantía que a él nadie lo saca del gobierno, se puede reelegir y nadie lo saca del poder”.

Según Julio, JOH tiene controlado la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y a las Fuerzas Armadas de Honduras (FFAA), porque hizo un cambio de que ahora están sujetas al presidente de la república.

No obstante, recuerda que llevaron clases juntos en la universidad en donde le decía que él sería responsable de cambiar el curso del país, pero que paradójicas son las cosas, ahora él está en busca de querer transformar la nación.

Llevábamos más de una hora de entrevista y para Julio seguir hablando de su actual vida -p la política- no es suficiente, requiere más de una hora para aclarar todos sus puntos referentes a lo que planea hacer en su gobierno si llega a ganar las elecciones generales que se celebrarán el 28 de noviembre del corriente año.

“Nosotros vamos en contra de la corrupción”. Advirtió que dará una sorpresa porque se encuentra listo y preparado para gobernar Honduras. Está confiado en que la gente le brindará el apoyo que necesita ya que el pueblo está cansado de tantos delitos que quedan en la impunidad.

Asimismo, acepta que de no ganar las elecciones apoyará al vencedor sólo si hay transparencia y se respeta el voto de la ciudadanía en el proceso electoral.

Entre sus primordiales metas se encuentra el respeto y cumplimiento de la ley: 'Todos somos llamados a respetar las normas con la obligación de cumplirlas para una nueva sociedad admirable', expresó.

Julio López Casaca hará que se obedezca el derecho ajeno y la voz de las personas para que haya un ambiente de armonía, paz y tranquilidad en Honduras.