TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Hay pudientes y de escasos recursos. Son más los hombres que las mujeres. La mayoría toma la decisión por vocación, pero otros la ven como la oportunidad de alcanzar un mejor estatus.
Las personas que se interesaron por formar parte de la Policía Nacional de Honduras tuvieron dos alternativas de ingreso: la Academia Nacional de Policía (Anapo) y el Instituto Técnico Policial (ITP).
La diferencia de un proceso con el otro es que quien egresa de la Anapo sale con la Licenciatura en Ciencias Policiales o Investigación Criminal (por elección) y con el grado de subinspector.
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En tanto, el que aprueba el curso del ITP sale con la figura de escala básica y con la opción de estudiar por cuenta propia.
La Unidad de Datos de EL HERALDO Plus analizó el ingreso de personas a la Policía Nacional en los últimos 22 años (del 2000 a 2021) a través de la petición de información pública SOL-SSSS-1337-2022.
Este equipo pidió los ingresos de 2022, pero no se obtuvieron.
En el periodo estudiado, 1,337 personas ingresaron a la Anapo, mientras que 20,702 lo hicieron en el ITP.
VÍAS DISTINTAS
Del periodo analizado, la Anapo registró un mayor ingreso de personas en 2021, con 163, seguido de 2017, cuando 148 individuos se enlistaron.
Pese a que fue un año marcado por el inicio de la pandemia del nuevo coronavirus, 2020 fue el tercero, con 138.
Durante los primeros 12 años (2000 a 2011), los ingresos fueron mínimos, pero, desde 2012, se incrementaron los números, aunque tuvieron un comportamiento entre altos y bajos.
El subcomisario policial Edgardo Barahona consideró que la variación anual de las admisiones a la entidad fue por causa de la débil difusión de la información.
“Tiene que ver en cómo se mercadeó la información en los meses previos a que las personas hicieran los exámenes de admisión”, aclaró.
“Interesaba más en dar a conocer la personalidad de la Policía que captar la atención de personas para hacer los ingresos”, añadió.
Del total de admisiones de la Anapo, la hegemonía es indiscutible: ocho de cada 10 ingresos fueron hombres (1,143), casi seis veces más que las mujeres (194).
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“Ocurre porque socialmente este tipo de profesiones son consideradas más para hombres que para mujeres”, opinó Barahona.
No obstante, el comisionado Miguel Martínez Madrid anunció que, debido a los bajos ingresos de la mujer en la Policía, se aplicará una política de inclusión.
“Eso cambiará porque ejecutaremos la política de la inclusión de la mujer”, expresó a través de una llamada telefónica.
Según Martínez Madrid, uno de los dos incentivos para que las mujeres ingresen más a la Policía Nacional es que el 37% de las unidades de comando metropolitanas y departamentales están siendo presididas por damas.
“Se ha visto que la mujer en estos puestos tiene un tacto diferente en el manejo de políticas públicas de seguridad”, argumentó.
El otro motivo es que en la Policía está la comisionada Sulma Reyes, la más antigua de Honduras.
Desde que inicia el proceso de admisión en la Anapo hasta que la persona egresa son cuatro años en los que fortalece la academia y las condiciones físicas, explicaron autoridades de la Policía Nacional a este equipo.
Cada cinco años, el policía egresado de la Anapo podrá escalar de rango luego de aprobar un curso semestral hasta llegar al grado más alto: comisionado general.
En cuanto a las admisiones del Instituto Técnico Policial (ITP), los números, en comparación con los de la Anapo en el mismo periodo, casi se multiplicaron por 16.
El ITP admitió del 2000 al 2021 a 20,702 personas, de las cuales el 83% fueron hombres (17,182), mientras que el resto fueron mujeres (3,520).
El pico de ingresos en el ITP sucedió en 2017 cuando 2,788 personas tomaron la decisión de unirse a la Policía. El otro año con los segundos ingresos más altos fue 2018, con 2,518.
Como en los ingresos en la Anapo hubo patrones, en los del ITP también.
Del 2000 al 2014 las cifras fueron mínimas y regulares, pero, desde 2015, aumentaron en casi cinco veces, a excepción de 2020, que solo hubo 407 admisiones por causa del confinamiento al que fue sometida Honduras por causa del coronavirus.
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Que desde 2015 las cifras de ingresos en el ITP fueran superiores a años anteriores es debido a una reforma educativa nacional, explicó, en tanto, el subcomisario Barahona.
“Nosotros tenemos un déficit. Según Naciones Unidas, debería de haber un policía por cada 300 hondureños y nosotros no cumplimos con eso”, expuso.
“Se hizo la reforma para egresar a unos 2,000 policías por año para acercarnos a la cifra que sugiere Naciones Unidas, pero también afectó la depuración policial”, agregó.
Los policías que egresan del ITP salen con el rango de escala básica tras un proceso de formación que dura 11 meses.
Pero conforme pasen los años de experiencia pueden seguir creciendo desde la figura de Clase 1 hasta la más alta, que es Suboficial 3.
Por sus funciones Operativas y administrativas, esas son las dos categorías de las labores de los policías en Honduras.
Este equipo analizó la cantidad de efectivos en cada una de las funciones desde 2017 a marzo de 2022.
Resulta que en cada año de la información, los policías en las funciones operativas -que son los que están enfocados en el control en las calles- son más numerosos.
Por ejemplo, en 2017, al inicio del estudio de este equipo, del total de policías (13,796), el 85% estaban asignados en las funciones operativas.
Hasta marzo de 2022, que es la fecha más reciente de la información, el 85% están en las operativas y el 15% restante en las administrativas, que son los que integran la noción de orden público.
Para analistas en materia de seguridad, las autoridades hondureñas deben incorporar más policías en el área operativa por dos factores.
Uno es para reducir los niveles de criminalidad y, el segundo, para cumplir con la tasa de policías por población.
“Las autoridades tienen que actuar raudamente (rápidamente) para no seguir en la misma decisión”, comentó el cientista Fredy López.
“Históricamente, hemos tenido el problema de la alta criminalidad y hasta tuvimos el título de la ciudad más violenta del mundo”, añadió.
Pero el obstáculo es que la Policía Nacional trabaja con un presupuesto anual para la formación de nuevos elementos, lo que impide las incorporaciones masivas.
Otro aspecto que enfatizan los expertos es que la depuración policial debe continuar “porque hay varios que siguen delinquiendo y no permiten un saneamiento completo”.
De hecho, el Estado ha ejecutado casi 900 millones de lempiras en concepto de pago de prestaciones por todos los policías que despidió desde 2016 a 2022.
Y mientras se ejecutan las acciones para continuar con la depuración (como lo sugieren algunos expertos) o se reincorporan algunos que fueron despedidos, Honduras contabiliza 1,383 homicidios hasta el 25 de mayo, según el Sistema Estadístico Policial en Línea (Sepol)
