131 niños hondureños son detenidos cada día en la frontera de Estados Unidos
Reportes de la Patrulla Fronteriza indican que en promedio unos 30 mil niños no acompañados son detenidos cada año. Una abogada especialista en migración dijo que en algunos casos pueden solicitar asilo o la visa juvenil
En 2021, un año después de que la pandemia del covid-19 llegó a Honduras, fue cuando más casos de menores detenidos en la frontera estadounidense se reportaron.
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Bajo el inclemente sol y naturaleza extrema, recorriendo rutas peligrosas controladas por carteles de la droga, se desplazan cientos de niños hondureños que abandonan el país en busca de mejores oportunidades.
Viajan sin compañía, aguantando hambre, lluvia y hasta el ser trasladados en condiciones paupérrimas, todo para evitar ser interceptados por las autoridades migratorias de dos países, aunque no es tan fácil burlarlas en la frontera sur de Estados Unidos.
Las cifras de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos revelan que las aprehensiones de niños no acompañados suman más de 123 mil desde octubre de 2021 hasta abril de 2024.
Esto significa que en promedio cada año detuvieron a 30,823 niñas, niños y adolescentes hondureños menores de 18 años que viajaban solos, lo que se traduce a 131 aprehendidos por día.
Cuando nos referimos a niños no acompañados hablamos de quienes viajan sin la compañía de un adulto o una persona que por ley o costumbre es encargada de cuidarla, según define la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Aquí entran los casos de menores que iban con un coyote que los dejó solos al llegar a la frontera para que se entregaran a las autoridades migratorias.
Solo en 2021 fueron más de 39 mil los menores no acompañados detenidos, mientras que para 2022 la cifra cayó a 37 mil. En 2023 nuevamente hubo un leve aumento y hasta abril de 2024 se contabilizaban más de 12,200 menores de 18 años aprehendidos.
“Las condiciones que tenemos en el país son las que han provocado este fenómeno terrible donde los niños y las niñas salen del país porque no tienen acceso a la educación, a salud, a una vida digna en familia, en ese sentido ellos tienen que tomar la ruta migratoria”, lamentó el especialista en migración de Coordinadora de Instituciones Privadas Pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiproden), Edgardo Molina.
Meses con más detenciones
La migración de niños hondureños a Estados Unidos es constante, pero -según los registros de la Patrulla Fronteriza- hay meses en los que las detenciones de menores superaron los cinco mil casos.
Por ejemplo, en marzo, abril, julio y agosto de 2021 fue cuando más hubo menores aprehendidos en la frontera sur de Estados Unidos, en cambio, en 2022 aparecen los meses de mayo, junio y julio. En 2023, los mayores registros fueron entre julio y septiembre.
En el año fiscal 2024, que inició en octubre de 2023 y culminará en septiembre de 2024, octubre y noviembre registran los picos más altos.
Según Molina, la migración de menores es constante, pero cuando hay crisis, como ocurrió en 2014 con la detención masiva de niños no acompañados, es porque los menores “llevan en la ruta migratoria entre los cinco y seis meses, dependiendo de esto es lo que genera una crisis”.
Molina aseguró que la pandemia del covid-19 fue un detonante para que los niños salieran del país en 2021, el año con más registros, según los reportes analizados por la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus.
Además, detalló que el aumento en las aprehensiones en algunos meses ocurre porque los menores pasan las fiestas navideñas en familia y a partir de enero la niñez comienza a tomar la ruta migratoria, por lo que en el transcurso de su movilización llegan a la frontera en marzo.
Otro factor esencial es que los niños que trabajan (cortan café o laboran en otros rubros) lo hacen durante los siguientes meses porque es cuando finaliza el trabajo estacional. Asimismo, en estos meses hay menos frío y lluvias en los países de tránsito, lo que también influye en su salida.
Menores también viajan acompañados
Las cifras de la Patrulla Fronteriza también indican que en cuatro años (desde 2021 hasta abril de 2024) 257 niños que viajan acompañados también fueron detenidos en la frontera sur de Estados Unidos.
Los reportes detallan que así como han caído las detenciones de menores que viajaban no acompañados, los que iban con un pariente o conocido también muestran un descenso.
Solo en 2021 la Patrulla Fronteriza detuvo a 89 niños, mientras que en 2022 fueron 88. Para 2023 en las detenciones realizadas hubo una leve disminución y hasta abril de 2024 se refleja un descenso relevante (cinco casos).
Los niños acompañados son aquellos que viajan junto a un pariente, familiar o persona responsable de su cuidado, siempre y cuando sea mayor de edad.
Las cifras evidencian que los casos de menores acompañados son inferiores a los de los niños que viajan completamente solos, sin embargo, evidencian que la migración de la niñez hondureña sigue latente.
La Coordinadora de Instituciones Privadas pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiproden) realizó un estudio sobre los reportes de menores detenidos en México y Estados Unidos. En este último país las cifras recopiladas por esa organización son inferiores a los registros de la Patrulla Fronteriza, pero también reflejan que la situación de la migración infantil es preocupante.
De acuerdo con el estudio, que recopila cifras de detenciones entre 2022 y 2023, en México fueron aprehendidos 26,511 menores, mientras que en Estados Unidos superaban los 68 mil.
El 37% de los niños, niñas y adolescente no acompañados tenían entre 0 y 5 años, según Coiproden, mientras que el 41% estaba entre los 6 y 10 años. Los menores con edades de entre 11 y 18 años representaban el 22%.
Esto significa que por cada diez menores detenidos en la frontera, ocho tenían entre 0 y 10 años, mientras que los dos restantes estaban en la adolescencia.
En cuanto al sexo de los menores detenidos, Coiproden afirmó en el estudio que el 51% eran niños y el resto correspondía a niñas.
Diana Albite, abogada especialista en migración y nacionalidad en Estados Unidos, dijo al equipo de EL HERALDO Plus que los menores de 18 años generalmente son llevados a un centro de detención y al salir cuentan con la información que tiene un adulto.
Si cumplen con los requisitos “pueden aplicar para asilo y también pueden aplicar para una visa juvenil”, detalló la experta.
Un menor no acompañado puede solicitar asilo en el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés), aun teniendo un caso en la corte de inmigración, según la organización de Apoyo para Solicitantes de Asilo (o ASAP, por sus siglas en inglés).
Deben enviar su solicitud de asilo a USCIS por correo. La organización menciona que los menores deben esperar un año tras su llegada a Estados Unidos para realizar el proceso; en el caso de los niños no acompañados, pueden concretar la solicitud sin importar si ese año ya pasó.
Además del asilo, es posible que las niñas, niños y adolescentes menores de 18 también puedan pedir el Estatus Especial de Inmigrante Juvenil (SIJS, por sus siglas en inglés).
La SIJS es una ley federal promulgada en 1990, que ayuda a los niños en proceso de adopción o tutela que fueron abandonados, abusados o descuidados, también incluye a ciertos niños que se encuentran indocumentados y en el sistema juvenil del Estado para ser residentes permanentes.
Entre los requisitos para poder obtener SIJS deben ser solteros y menores de 21 años, ser declarado un dependiente de una “corte de menores” (poner al niño bajo la tutela de una agencia o departamento de un estado) y permanecer bajo jurisdicción de esa corte durante el proceso de petición.
Los Estados Unidos también cuenta con un Programa para Menores Centroamericanos (CAM), que proporciona a ciertos menores y familiares de ellos provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala la oportunidad de ser considerados para la reinserción de refugiados en los Estados Unidos.
Molina mencionó que Estados Unidos tiene una frontera porosa, lo que se traduce en que “depende de quién toque abren la puerta”.
“Al ser un niño que no tiene ningún familiar en los Estados Unidos, es pobre, sin educación o situación de discapacidad, no lo dejarán entrar. En cambio, un niño que tiene familia en Estados Unidos y hace tributaciones al país, es probable que el menor tenga una oportunidad”, aseguró.
Consideró que en lo general las políticas de los Estados Unidos son muy rígidas en torno al acceso de la niñez, salvo que los menores cumplan con los requisitos que ellos consideran aceptables para su ingreso.
“El 90% de los menores no acompañados que son aprehendidos y retornados al país son niños empobrecidos, que al gobierno federal de Estados Unidos no le interesa tenerlos ahí”, afirmó el especialista en migración.
Molina condenó que el único país del mundo que no ratificó la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño fue Estados Unidos, por lo que no tienen una fuerza coercitiva supranacional que los obligue a cumplir con los derechos de la niñez.
Estados Unidos firmó esta convención en 1995, sin embargo, no la envió al senado para que fuera ratificada, lo que significa que no está comprometido legalmente a acatar y cumplir con los derechos básicos de los menores de 18 años.
¿Migración de adultos disminuyó?
Al igual que los niños detenidos solos o acompañados en la frontera sur, Estados Unidos también registró aprehensiones de adultos. Entre 2021 y abril de 2024 fueron 722 mil hondureños mayores de 18 años los detenidos por la Patrulla Fronteriza.
Las cifras, analizadas por la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus, indican que el 38% de los compatriotas (cuatro de cada diez casos) fueron detenidos en 2021. Sin embargo, un año después, las detenciones cayeron y en 2023 hubo otro pico. Hasta abril de 2024 ya sumaban más de 88 mil los aprehendidos.
Geovanny, un emigrante hondureño que dejó de lado su carrera universitaria y su familia para iniciar su camino hacia el famoso sueño norteamericano, fue detenido en 2021. Viajaba con un coyote, pero en el trayecto se enfermó y lo dejaron abandonado, refugiándose en un rancho, donde el dueño llamó a la Patrulla Fronteriza para que lo arrestaran.
En diálogo con EL HERALDO Plus, el hondureño contó que caminó durante varios días para cruzar Guatemala y posteriormente México. En el país azteca fue entregado por el coyote al Cartel del Golfo, que formó parte de la red de tráfico de personas.
Estaba junto a otras 100 personas, pero sólo 60 fueron trasladadas en un tráiler desde Monterrey hasta la frontera entre Nuevo León y Tamaulipas, contó. De allí continuó la ruta a pie, hasta que su cuerpo enfermó y justo al cruzar la frontera con Estados Unidos se tuvo que separar del grupo.
Caminando de forma pausada llegó hasta San Juan, Texas, en Estados Unidos, donde fue detenido migración luego de que el dueño de un rancho lo delatara.
“Créame que ese día yo sí tuve miedo de morir, recordé todo el dinero que se invirtió en el viaje y pensé que mi objetivo de lograr cruzar al otro lado sería en vano”, contó el joven de 25 años, al mencionar que pagó 16 mil dólares (más de 395 lempiras, al cambio actual) para llegar a Estados Unidos.
El joven procedente del departamento de Francisco Morazán, en Honduras, recordó que él emigró “porque ya me sentía desesperado, sentía que no avanzaba nada en la universidad, no podía conseguir un trabajo porque no tenía experiencia en nada”.
Geovanny no desistió de su objetivo y consiguió nuevamente el dinero para buscar otro coyote que lo ayudara a continuar su viaje. Al final todo valió la pena porque aquel joven de tez blanca, delgado y soñador alcanzó su meta de llegar hasta Panamá City, una ciudad situada a lo largo de la carretera 98 en Florida, Estados Unidos.
El hondureño contó a EL HERALDO Plus que llegó a su destino el 8 de marzo de 2021 y que actualmente trabaja en el área de carpintería, oficio que aprendió de sus compañeros.
Por dos meses completos recorrió parte de Honduras, Guatemala y México para llegar a Estados Unidos, pero no fue hasta el segundo intentó que cruzó la frontera de forma irregular.
Para César Castillo, coordinador del Observatorio de Migración de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), este caso muestra que la migración hacia los Estados Unidos no se ha detenido.
“Hubo un compás de espera durante la pandemia, pero después se retomó la ruta migratoria por parte de los hondureños” respondió, al consultarle por qué 2021 reportó un pico en las detenciones de hondureños.
Recordó que solo entre septiembre de 2022 y octubre de 2023 fueron detenidos 213 mil migrantes nacidos en Honduras y que de todas las nacionalidades de personas que intentan ingresar de forma irregular a ese país, el 10% son de origen hondureño.
Ante esta situación, dijo, el pasado 4 de junio de 2024, el presidente estadounidense Joe Biden tomó la decisión de restringir el acceso de migrantes indocumentados a esa nación porque la frontera se encuentra “desbordada”.
Esta medida dificulta las solicitudes y obtención de asilo de la población migrante tras ser puestas en pausa, indicó el experto.
“Son más de 2,600 a 3,000 personas que están ingresando cada semana a Estados Unidos para solicitar refugio o asilo”, lamentó. Por lo tanto, se entiende que el número de aprehensiones en la frontera con Estados Unidos no ha disminuido, sino que ha ido en aumento.
En lo que va de 2024 han sido deportados desde México y Estados Unidos casi 13 mil migrantes hondureños, según datos del Instituto Nacional de Migración de Honduras (INM).
Castillo lamentó las causas del flujo migratorio de los hondureños y explicó que la migración es “multicausal”, pues la pobreza, el desempleo, la violencia, reunificación familiar e incluso el cambio climático orillan a las personas a huir.
Castillo dejó claro que la migración debe tratarse con los países de destino, como Honduras, y con los de tránsito, como Guatemala, México y principalmente Estados Unidos, por ello las acciones deben de ser conjuntas y regionales.
“La migración es un derecho humano, todos tenemos derecho a migrar” puntualizó, mencionando que las cifras que se observan en las páginas oficiales son personas con una historia, como la que vivió Geovanny en 2021 y decidió contar a este rotativo para que las demás personas conocieran lo tormentosa que es la ruta migratoria.