Con bordo buscan detener las crecidas del río Goascorán
Cada vez que llueve en la cuenca del río Goascorán, el paso Hercilia se vuelve un dolor de cabeza para los habitantes, productores y ganaderos de El Cubulero y la Costa de los Amates
En las calles de El Cubulero y de la Costa de los Amates todavía se refleja el impacto de las inundaciones producto de la crecida del río Goascorán y de las intensas lluvias durante el presente año.
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las autoridades de la alcaldía de Pasaquina, en el departamento salvadoreño de La Unión, y sus homólogas de la municipalidad de Alianza, Valle (en Honduras), acordaron eliminar la borda que desviaba el agua del río Goascorán hacia Honduras.
Asimismo, según Rosa Cándida Reyes, vicealcaldesa de Alianza, acordaron que la municipalidad hondureña construya un muro de contención que permita que el agua del afluente vuelva a su cauce normal.
Desde la década pasada, cuando El Salvador -para evitar inundaciones en su territorio- construyó un bordo en el río Goascorán, las aguas del afluente se desviaron y en invierno comenzaron a entrar con fuerza al suelo hondureño, produciendo inundaciones y destrucción en su recorrido.
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Desde el paso de Eta y Iota en 2020, alrededor de 3,500 habitantes que viven en 17 aldeas de la Costa de los Amates están aislados, mientras que los del sector de El Cubulero han tenido que soportar fuertes inundaciones.
Ambas comunidades han pagado las consecuencias del levantamiento de la borda en el lado salvadoreño, situación que ahora está en proceso de una solución amistosa entre los alcaldes de este municipio y el de Pasaquina.
En el año 2011, el gobierno del presidente Porfirio Lobo construyó un puente sobre el paso Hercilia, pero no se había ni inaugurado cuando la corriente se lo llevó. Luego se levantó una rampa de concreto, pero esta fue destruida durante las crecidas en las tormentas Eta y Iota.
La reciente tormenta Julia incrementó la desdicha de la gente de esta zona al inundar comunidades completas y terminar de destruir uno de los extremos del vado, afectando sobre todo a los habitantes y productores de la Costa de los Amates, quienes ahora tienen grandes dificultades para abastecerse de alimentos, para sacar a sus enfermos y para sepultar a sus muertos ya que el único camposanto de la zona queda en el lado de El Cubulero.
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Impacto
La Costa de los Amates es la zona más productiva de este municipio, ahí están instaladas varias camaroneras y hay sembradíos de plátanos, por lo que los productores tienen dificultades para mandar sus cosechas a los mercados.
Aunque el invierno ya terminó, las erráticas lluvias generadas por el cambio climático siguen golpeando a la zona, ya que el río continúa manteniendo una fuerte corriente que pone en riesgo la vida de quienes se atreven a cruzarlo.
Acceder en vehículo a la Costa de los Amates, desde el sector de El Cubulero, es imposible; para pasar de un lugar a otro las personas hacen todo tipo de peripecias. Cuando la corriente está baja tiene que quitarse los zapatos, enrollarse el pantalón e introducirse al río, cuando el río está crecido utilizan canoas bajo el riesgo de ser arrastradas por la corriente.
Solo algunos cargadores de bultos y los vendedores de comida y golosinas, con sus ofertas, son los únicos que se han beneficiado de la desgracia de estos pueblos.
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Promesa y olvido
Tras las últimas inundaciones en El Cubulero y en la Costa de los Amates, la presidenta Xiomara Castro viajó a mediados de octubre a la zona donde prometió solucionar el problema de incomunicación terrestre con la construcción de un puente, sin embargo, hasta el momento no se ve una acción estatal en el lugar.
Las víctimas del desastre ven con duda que el gobierno cumpla la promesa de levantar tal obra durante este próximo año. De acuerdo con la señora Neris Mejía, quien vive en la Costa de los Amates, el gobierno central se ha olvidado de ellos. “La presidenta vino a ofrecer un puente, pero no se ha visto a ningún ingeniero por este lugar”, criticó. Entre los sectores afectados está El Capulín, El Conchal, Calicanto, Playitas, Playa Grande, Uruguaca, La Sonara, El Trasmallo, donde viven unas 3,500 personas, detalló.
“Aquí todavía las calles son grandes charcos que usted no tiene una idea. Se nos tiene en el olvido. Cruzar este río no es fácil pero bueno, aquí estamos, esperando una respuesta del gobierno”, sostuvo Mejía.
Por su parte, Pablo Guevara Velásquez, quien vive en El Cubulero, lamentó que tras las inundaciones se les dio una bolsa conteniendo alimentos, pero de ahí la gente del gobierno no volvió a aparecer.
Detalló que el desbordamiento del río Goascorán le destruyó siete manzanas de tierra y le arrastró ocho vacas. “Ha sido una situación difícil para nosotros. Cuando uno vive este tipo de crisis los políticos desaparecen”, criticó.
Mientras tanto, Lesly Xiomara Santos, una madre soltera, detalló que su casa se inundó producto de las intensas lluvias y el desbordamiento del río Goascorán. “Hemos vivido una situación crítica. La gente que tenía su ganado en la Costa de los Amates lo perdió, otros perdieron sus terrenos”, manifestó mientras mostraba hasta donde llegó el nivel del agua al inundar su casa.
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Trabajos
Por su parte la vicealcaldesa Rosa Cándida Reyes rememoró que en su reciente visita la presidenta Castro prometió la construcción de un puente, pero como sobre ello no hay más información, la alcaldía está tratando de habilitar temporalmente el acceso entre El Cubulero y la Costa de los Amates, en el llamado paso Hercilia.
Explicó que el afluente que se llevó la rampa antes era una pequeña quebrada, pero una vez que en el lado de El Salvador se construyó un bordo para evitar inundaciones en ese país, el agua tomó dirección a Honduras y lo que era un pequeño cauce se volvió un poderoso brazo del Goascorán.
Como todavía no se ven acciones del gobierno central, la alcaldía con apoyo de la empresa privada y de la Cuenca del río Goascorán, que opera con fondos de Cosude (Cooperación Suiza), “está habilitando lo que es el paso Hercilia, pero también hay dos máquinas en la parte de arriba trabajando para encauzar el río en su corriente normal”.
Este proyecto tiene un costo de 15 millones de lempiras. Por el momento la alcaldía está poniendo dos millones y los cooperantes cuatro millones de lempiras.
El levantamiento del muro “para hacer que el Goascorán vuelva a su cauce requiere mucho dinero y esperamos que la señora presidenta nos apoye rápidamente porque no podemos esperar otro invierno, se tiene que actuar rápido”, demandó la funcionaria municipal.
Reyes explicó que la alcaldía le había pedido a los cooperantes que le realizaran un estudio para colocar una caja puente, pero para ese entonces todavía no se tenía ningún apoyo del gobierno central.
“Vino la presidenta y dijo que su gobierno iba a hacer el puente y las bordas en la parte de arriba, pero como no hay más información sobre esa promesa”, la municipalidad, junto con la empresa privada y la cuenca Goascorán, iniciaron el muro de contención que enviará las corrientes del río a su recorrido natural.
EL HERALDO visitó la zona donde se está trabajando en la construcción de un bordo de unos 300 metros de largo para contener las aguas del Goascorán que ha causado estragos río abajo. “Ahorita lo que se está haciendo es recoger arena para hacer un muro provisional y desviar el agua, luego trabajar en esa área. Se va a realizar un engavionado y luego se tirará concreto, esto gracias a Dios y a las gestiones del alcalde Faustino Manzanares.
Aún falta más dinero, pero esperamos que la señora presidenta nos apoye porque es algo que no podemos estar esperando mucho tiempo para ejecutar, expresó la vicealcaldesa.
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