Trojes en colapso: migrantes abarrotan refugios, calles y parques en su travesía a Estados Unidos
Los migrantes huyen de países como Venezuela, Haití y Cuba por la pobreza; no tener dinero los mantiene estancados en Trojes
Los migrantes se instalan en parques y calles de Trojes. Allí comen (cuando tienen dinero o les regalan), duermen y hasta hacen sus necesidades al aire libre. Hay niños, jóvenes y adultos mayores.
Por:
2.9 min. de lectura
TROJES, EL PARAÍSO.- Recostado en las paredes gastadas de una humilde pulpería, el venezolano José Antonio (nombre ficticio) le contaba a otros migrantes los detalles de la odisea que lo había llevado esa tarde a las calles de Trojes, un municipio del departamento de El Paraíso, al oriente de Honduras.
“La violencia, hermano. Por eso decidí emprender camino a Estados Unidos. Recientemente vi morir a mi hermano en un asalto a mano armada, a un tío le cayó una bala perdida y la pobreza nos carcomía cada día”, expresó, mientras cerraba el tapón de un bote con agua que había bebido de dos tragos.
Con su mirada cansada y sus hombros encorvados, el joven, que tenía apenas unas horas de haber llegado al territorio hondureño, recordó los duros momentos que pasó junto a su madre y hermana en su natal país, factores determinantes para emprender su ruta migratoria en busca de mejores oportunidades en Estados Unidos.
“Hay algo que nunca se me va a olvidar y es la imagen de mi mamá dividiendo un pedazo de pan en cuatro partes para que todos tuviéramos algo en el estómago. A veces con agua y otras veces a secas. La cuarta parte era para el chuchito (perro)”, dijo con una dulce sonrisa.
“Le prometí a mi vieja (madre) hacerle su casita, mandarle (dinero) para su comidita y sus medicinas. Ella es diabética y ya tiene 75 años”, mencionó.
Mientras anochecía y ante los rumores de que los refugios estaban abarrotados en Trojes, el joven y su hermana, de ocho años, se dirigieron hacia un parque de la comunidad, donde estaban dispuestos a pasar cuantas noches fueran necesarias hasta recolectar dinero para salir de Honduras y continuar con su travesía.
No eran los únicos. Sus paisanos, que ya estaban ubicados en los espacios públicos de la zona, les ayudaron a instalarse en un rincón del colorido parque de Trojes.
Trojes no se da abasto
EL HERALDO Plus realizó un recorrido desde Tegucigalpa hasta Danlí y de Danlí al municipio de Trojes, en El Paraíso, donde pudo observar a decenas de migrantes que han abarrotado las calles de ambos municipios, especialmente Trojes.
En la entrada de Danlí estaba un grupo de migrantes en una especie de bahía, debajo de un enorme árbol, donde colocaron tiendas de campaña y hasta cobijas amarradas para instalarse de forma indefinida.
Como José Antonio, muchos de ellos están varados debido a la falta de recursos, por lo que han comenzado a pedir dinero en las calles, a vender dulces y se colocan carteles especificando su nacionalidad, con la esperanza recibir cualquier tipo de ayuda.
En Trojes la situación se agrava, pues las aceras de cada calle de la comunidad se pueden ver migrantes alineados, algunos esperando transporte, otros varados, unos pidiendo dinero y otros descansando.
En la zona solamente hay dos refugios, uno para familias y otro para personas solteras. Aun así, ninguno se da abasto para los que se quedan varados en Trojes y para los 318 migrantes que cruzan por el sector a diario, de acuerdo a las estadísticas del Instituto Nacional de Migración (INM).
Este rotativo pudo ver cómo las familias que no logran un espacio en los refugios se acomodan en los espacios recreativos que ahora funcionan como sus hogares, tienden su ropa en los barrotes de los parques, doblan y acomodan sus cobijas en los rincones de las canchas y algunos hasta hacen sus necesidades en plena vía pública.
“Esta semana nos vamos a movilizar a Danlí con otras autoridades de gobierno para sostener una reunión con autores locales, entes de cooperación y todo el personal que labora en la zona para encontrar alternativas y soluciones sobre la problemática que se vive en este departamento”, dijo al respecto el abogado Allan Alvarenga, director del INM.
Las declaraciones de Alvarenga fueron emitidas horas antes de que pusieran a disposición buses para trasladarlos hasta la frontera con Guatemala. Solo la noche del jueves fueron 17 buses.
Desde enero hasta el 23 de agosto de 2023, ingresaron 222,259 migrantes provenientes de Cuba, Venezuela, Haití, Ecuador, entre otros países, al territorio nacional, una cifra alarmante para el octavo mes del año en comparación a los 188,858 ingresos registrados en todo 2022.
Razones
La pobreza, la violencia y la falta de oportunidades son los principales motivos por los cuales muchas personas deciden migrar desde sus países de origen hacia Estados Unidos. Ellos saben que el camino es duro y pocos logran cumplir con su objetivo, pero aún así se arriesgan.
Todos los migrantes tienen una historia amarga que contar: desde las penurias que pasaron en su natal, hasta la amiga de travesía que vieron morir antes de ingresar a Honduras. Entre las duras situaciones que han pasado se suma la precariedad que viven en el país.
“La verdad esta oleada de migrantes no solo del Caribe, sino que de África y América del sur sigue encontrando en Honduras el camino a ese sueño americano, pero lamentablemente que somos malos anfitriones”, dijo por su parte Hugo Maldonado, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh).
“Aquí no hay albergues, Honduras no es tan solidario como queremos que sean los mexicanos con los hondureños, realmente lo único que se les despensa es el salvoconducto que se les da para transitar por el país, es lo único que se les condona, pero realmente la situación da pesar, especialmente por el comportamiento de las autoridades”, agregó.
A esto se suma la falta de asistencia, pues desde 2020, cuando inició el ingreso masivo de migrantes al país, no han logrado garantizar los derechos básicos de los desplazados.
En Trojes, donde se quedan en refugios improvisados y plazas, se ha encarnado la dualidad de lucha y esperanza de miles de migrantes que transitan y permanecen en sus calles mientras retoman su camino para buscar el anhelado sueño americano. Este escondido municipio de El Paraíso, es testigo silencioso de duras historias de adultos y niños de diferentes nacionalidades.