Para la envidia de tantos admiradores, en cierta forma disfrutamos un fin de semana entero con George Clooney, en medio del Festival Internacional de Cine de Toronto.
Todo empezó un viernes por la tarde, con la entrevista por su nueva película como director, autor, productor y protagonista The Ides of March. A la noche, lo volvimos a ver en el estreno exclusivo de la película, con alfombra roja incluida, con los otros protagonistas Ryan Grosling, Marisa Tomei, Philippe Hoffman y Paul Giamatti.
Y al día siguiente, seguimos con otra tarde de sábado, donde George volvió con otra nueva entrevista, por otra nueva película como el drama The Descendants. 'Debes estar cansado de mí', dice con una de las bromas que aprovecha para romper el hielo. No permite que se sienta ningún aire de superestrella. Sabe que cae muy bien y tampoco necesita esforzarse para lograrlo.
¿Cuáles son los más grandes cambios que nota en su trabajo desde que comenzó con la actuación hasta el día de hoy?
Yo crecí trabajando en medio de la televisión en vivo. Siempre me pareció un lugar interesante para buscar tensión y presiones en la TV. Y en ese sentido deberíamos retroceder para aprovechar los programas en vivo, de nuevo. Siempre me pareció un inteligente desafío. Ningún otro trabajo me puso más nervioso.
¿Y la tensión de la dura competencia en las recaudaciones del cine? ¿No lo pone nervioso cuando otra película importante estrena el mismo fin de semana que usted?
Por lo general, me interesan los proyectos que duran más que un solo fin de semana. Cuando llegue a los 75 años y me traigan en una silla de ruedas a una ceremonia, no quiero que destaquen que tuve 20 películas que se estrenaron en el primer lugar de las recaudaciones. ¿A quién le importa? Honestamente, el cine es un arte que cuesta millones de dólares, entiendo el lado comercial y quiero asegurarme de que funcione manteniendo los costos bajos. Pero la verdad, yo quiero hacer cine que la gente recuerde. Si logro hacerlo con cinco o diez de esas películas que perduran, considero que gané... a menos que alguien me rompa la silla de ruedas (risas).
¿Llegar al cine después de un éxito de TV como ER facilitó el camino del estrellato? ¿Qué tan difícil resultó la transición o evolución de la TV al cine?
Aunque pasé por programas de TV malísimos, yo también era realmente malo. Uno siempre piensa que es actor de cine que solo está pasando por un pésimo programa de TV, esperando que llegue la genial carrera de cine que realmente yo no estaba teniendo. Hay un período de tiempo donde uno solo trata de conseguir trabajo. Y después se tiene suerte. ER fue pura suerte. Íbamos a estar los viernes a las diez de la noche y en ese horario no hubiéramos tenido ni el 30% del rating que tuvimos los jueves a la noche. Eso es suerte. Hoy hablan de buenos números con 17 millones de televidentes y nosotros teníamos 35, 40, 45 millones, por semana. Inmediatamente pasé de la oscuridad total a las propuestas de cine que nunca antes había conseguido.
¿Y en qué momento de su carrera se dio cuenta de que tenía que fijarse en la calidad por encima de la cantidad de millones de dólares?
Me fue bien después de Out of Sight y Three Kings y O Brother, Where Art Thou? Ahí fue que también me di cuenta de que tenía que trabajar con muy buenos directores y muy buenos guiones. Eso marca la diferencia.
La diferencia fue más evidente en la entrega del Oscar del año 2006, cuando recibió nada menos que tres nominaciones al Oscar por dos películas diferentes: como Mejor actor de reparto por Syriana y como Mejor guión y Mejor dirección por la película Good Night, and Good Luck. Incluso se convirtió en el primer actor, en la historia del Oscar, que había sido nominado como Mejor actor por una película y Mejor director por otra completamente diferente. Y la historia puede volver a repetirse, ahora que estrena casi al mismo tiempo la película The Ides of March como director/productor/guionista/protagonista y la dramática historia del padre de The Descendants.
¿En qué se basó el personaje del padre en la película The Descendants teniendo en cuenta que no tiene hijos? ¿O sabe algo que nosotros no sabemos? Bueno, justamente quería darte la noticia sobre mis hijos (ríe, demostrando que habla en broma). La verdad es que yo había interpretado el rol de un padre, antes. No pienso que necesites inyectarte heroína para interpretar un adicto. La mayoría de la gente no se postula a Presidente, pero yo puedo interpretar un candidato. Hay temas que no se necesitan vivirlos para entender como son. En la película tenía estas hermosas niñas conmigo y era como si fueran mis hijas, solo tenía que devolverlas al final del día. Así es mucho mejor (ríe).
¿Le gusta la idea de ganar un Oscar como director?
Es algo difícil de pedir (ríe). Yo ya gané un premio Oscar, una vez. Y cuando muera van a decir que murió un ganador del Oscar. Es algo bueno para poner encima de la tumba. Pero después de haberlo ganado, ya bastante me quedo contento si la gente aprecia mi trabajo. Disfruto las buenas críticas tanto como disfruto las malas. No tengo ninguna necesidad de coleccionar premios. Es verdad, hay cierto momento en la vida que uno se vuelve muy competitivo. Uno trata de competir con gente, hasta que nos damos cuenta de que es una tontería.