TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El nombramiento de Carlos Cordero, extitular de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), como embajador de Honduras ante el Vaticano es causante de cuestionamientos.
A juicio del analista, Raúl Pineda, la Santa Sede es el segundo destino diplomático más importante del mundo, y aunque todos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario, el nombramiento de Cordero en medio de una serie de investigaciones por supuestas irregularidades no dejan bien parado al país internacionalmente.
“Suceden dos cosas, o es que es un diplomático experimentado que va a iluminar la Santa Sede a favor de Honduras, o lo están blindando para no someterlo al proceso judicial en su contra”, argumentó el analista.
Pineda cuestionó la forma de escoger los funcionarios que van a dar la cara por Honduras en el servicio exterior, “mínimo el nivel educativo, estamos hablando de nuestra representación, sin demeritar, pero envían a quienes les da la gana, casi valiéndoles”.
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A la visión de Pineda, se unió el también analista Graco Pérez, quien cuestionó que por lo menos debieron esperar el proceso de investigación para realizar un nombramiento tan importante.
Recalcó que a pesar de que en Honduras no hay una carrera diplomática, deben perfilarse a los candidatos, “deja una mala imagen para el país, se entiende que es una decisión a la que se favorece a la persona por amistad, pero están los intereses de un país de por medio”.
Pérez lamentó que se continúe el nombramiento de funcionarios por cuestiones políticas, sin los méritos, “hay nepotismo en los nombramientos, antes la elección para la Santa Sede pasaba por un vínculo entre la Iglesia Católica y el gobierno que parece haberse roto”
