Honduras

Atención de menores recae en voluntariado

Gracias a las donaciones, en 2012 la Fundación para el Niño con Cáncer donó 25 millones para atender a casi 4,000 niños afectados. El gobierno ni siquiera ha terminado de pagar su aporte.

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07.04.2014

SERIE 1/6

Su vida cambió drásticamente al recibir el peor diagnóstico: un osteosarcoma localizado en su rodilla amenazaba su existencia y debían amputarle la pierna para evitar ese desenlace.

Era apenas una adolescente de 14 años, sus ganas de vivir se reflejaban en la dedicación a sus estudios, su anhelo era concluir el ciclo común para ingresar a la universidad.

Sin embargo, Blanca Karina, originaria de Trujillo, tenía que iniciar junto a su familia un angustioso camino para combatir el cáncer que de forma voraz amenazaba con destruir su prometedor futuro.

“Lloré al saber mi diagnóstico, no tanto por la amputación, sino porque iba a dejar de estudiar y a mí me encanta el estudio, gracias a Dios tomé bien la noticia, porque prefiero vivir que morir”, expresó la jovencita.

Entre ella y su meta por vencer esta silenciosa enfermedad existía una brecha enorme, los recursos económicos de su familia eran insuficientes y el tratamiento, inexistente en los hospitales públicos, era de costo muy elevado.

Pese a este desesperanzador panorama, Blanca y su familia fueron referidos al Hospital Leonardo Martínez de San Pedro Sula en donde le fue realizada la amputación de su rodilla izquierda el 30 de abril del 2010, después de haber sido sometida a 15 días de exámenes continuos.

Pasados dos meses, Blanca ingresó en estado crítico a la sala de emergencia del Hospital Mario Catarino Rivas en la norteña ciudad del país, ya que presuntamente el cáncer había invadido sus pulmones.

Fue ahí, al ser hospitalizada en la sala de niños con cáncer cuando conoció la Fundación Hondureña para el Niño con Cáncer, que emprendieron con ella el arduo recorrido para luchar contra la enfermedad.

“Yo tenía mucho miedo por todo lo que ya había pasado, mi mamá no sabía qué hacer porque ya no teníamos dinero y me tenían que hacer unos exámenes para ver si el cáncer había invadido mis pulmones”, recordó Blanca.

“Gracias a Dios conocimos la gente de la fundación porque los exámenes eran muy caros pero gracias a la fundación pudimos pagarlos”, aseguró.

Un año después de haber iniciado nuevamente la lucha, Blanca logró de la mano de Dios, de su familia, de los médicos y de la fundación, librar la batalla contra el cáncer.

“Para mí eso fue algo maravilloso, Dios me había escuchado, al fin terminé el proceso de quimioterapias, y ahora he quedado en vigilancia, hoy (a sus 18 años) me siento orgullosa de mí porque pude vencer una enfermedad como el cáncer”, expresó.

Fundación

Blanca forma parte de los miles de niños con cáncer que durante 32 años han recibido el apoyo de la Fundación Hondureña para el Niño con Cáncer para costear los tratamientos y las necesidades de sus familias.

“Esta es una fundación que le brinda a los niños apoyo con respecto a medicamentos oncológicos, medicamentos de apoyo, exámenes de diagnóstico, todo lo que son tomografías, transporte, gastos fúnebres, bolsa de alimentos y en este momento estamos ayudándoles más en educación porque hemos contratado a una maestra para que les enseñe a leer y a escribir”, explicó Nuvia de Zúniga, presidenta de la fundación.

Aunque públicamente este grupo es integrado por diez voluntarias que trabajan ad honoren para servir a estos niños, detrás de ellas hay cientos de hondureños que con su granito de arena han logrado ser parte de la obra en beneficio de los menores.

Ejemplo de esto son las remodelaciones que se han realizado, tanto en las salas de hospitalización cono de consulta externa para niños con cáncer, en el Hospital Escuela Universitario y en el Mario Catarino Rivas.

Además se logró construir filiales en seis departamentos como ser Choluteca, La Paz, Danlí, Juticalpa, La Ceiba y San Pedro Sula, con el propósito de acercar el tratamiento oncológico a los departamentos donde existe mayor incidencia de cáncer.

Responsabilidad

La tarea en pro de los menores que sufren esta enfermedad ha sido difícil, ya que el gobierno ha hecho a un lado su responsabilidad de abastecer en su totalidad los tratamientos para los hondureños afectados, en especial a los menores, y esta ha sido tomada por la fundación.

“Ha sido difícil por la situación económica que está pasando el gobierno central, realmente el ministerio de Salud no ha sido abastecido con medicamentos oncológicos, no tiene reactivos para realizar exámenes de diagnóstico”, aseguró Zúniga.

“Prácticamente toda la carga ha venido al voluntariado de la fundación, es por eso que hemos pedido ayuda al pueblo hondureño a través de nuestro programa plan padrino donde todo hondureño puede donar un lempira diario”, agregó la dama voluntaria.

En cifras

Solo el año anterior, la fundación donó más de 25 millones de lempiras para atender a 3,970 niños a nivel nacional.

El 83 por ciento de estos menores han requerido de tratamientos completos con quimioterapia y el resto, que representan 665 niños, no han necesitado aún atención oncológica.

La gran demanda de pacientes vuelve insuficiente el presupuesto de esta organización que debe adquirir medicamentos de alto costo.

“Cada día los medicamentos oncológicos son más caros, no los encontramos acá en el país y tenemos que pedirlos al exterior y las necesidades son muchas porque de los 25 millones no todo es para medicamentos, una parte es para remodelar salas y la otra es para cubrir los medicamentos tanto en Tegucigalpa como en San Pedro Sula”, detalló Zúniga.

Desde el año 2006 al 2012 esta fundación ha donado 86 millones de lempiras, el 70 por ciento que representan más de 60 millones se invirtieron en los pacientes que acuden en busca de atención a Tegucigalpa y el resto en San Pedro Sula.

De esta cantidad, el gobierno hondureño solo traslada seis millones de lempiras y debido a la crisis económica, según Zúniga, los fondos del año anterior no han sido transferidos en su totalidad.

“A pesar de eso damos gracias a Dios y al pueblo hondureño por creer en la fundación y por sostenerla económicamente, ya que nosotros tenemos un 70 por ciento de sobre vida, de cada diez niños que se diagnostican con cáncer siete se salvan”, comentó.

Necesidades

Cada día esta enfermedad afecta a más niños hondureños y con este incremento, aumentan también las necesidades de sus familias y de las salas.

Zúniga explicó que lo más requerido para estos pacientes son los medicamentos oncológicos, los exámenes especializados de laboratorio, así como el transporte a nivel nacional para el niño y el padre con el que se garantiza que no abandonarán el tratamiento.

Además de esto, la fundación apoya los viajes al extranjero de menores que necesitan atención especializada, así como también brinda alimentación, servicios de médicos especialistas, psicólogas, enfermeras y trabajadoras sociales.

Por esto se necesita la ayuda económica para la adquisición y reparación de equipo médico, realizar campañas educativas sobre el cáncer infantil, pagar actividades recreativas y educativas para los niños y, en los casos más tristes, contribuir en gastos fúnebres.

Aunque los gastos son millonarios y el presupuesto inalcanzable, Zúniga aseguró que esta fundación continuará con el apoyo de los hondureños en su noble labor.

“Nuestra filosofía como voluntariado es siempre apoyar a estos padres de familia, nunca decirles que no y siempre ver de qué forma nosotros podemos proveer este medicamento o los exámenes que estén necesitando, si nosotros nos paramos un día, esa enfermedad avanza y cobra más vidas”, expresó.