Un suéter, varios cartones y el desconocido calor corporal de sus vecinos de lucha, mantienen calientes a decenas de personas que esperan noticias de sus parientes internos en el Hospital Escuela Universitario.
Una vieja lona instalada en las afueras de la Sala de Emergencia del máximo centro asistencial del país los protege del sol en las mañanas, pero las paredes que los resguarden del frío que azota el país, aún brilla por su ausencia.
No es de ellos la decisión de estar ahí, es el amor a su pariente hospitalizado de quien esperan noticias a través de un parlante ubicado en las cercanías de su punto de reunión.
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Estos hondureños, quienes día y noche han aguantado hambre, polvo y malos olores, ahora se enfrentan al clima que ha mantenido a la población abrigada y en sus hogares.
Ellos no tienen esa oportunidad, salieron desde su casa, muchos desde sectores rurales del país, sin un centavo en su bolsa, mucho menos un abrigo, su único interés era estar cerca de las personas que quieren.
En los últimos días, organizaciones como CEPUDO y la Secretaria de Desarrollo e Inclusión Social (SEDIS) les han brindado el apoyo a estos compatriotas, pero su ayuda es aún insuficiente.
En este momento, estos ciudadanos necesitan de la ayuda de personas de buen corazón, para que les regalen comida, abrigos y cobijas, además agua y otros utensilios necesarios para pasar sus días largos y sus noches de sufrimiento.
¡Vamos hondureños, todos podemos ayudar! Lleva lo que puedas a las personas que están en el Hospital Escuela Universitario a la espera de una noticia positiva para su pariente.
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