En 2009 la ONU planteó una serie de recomendaciones al Estado de Honduras que, de haberse cumplido, pudieron evitar las tragedias en las cárceles de Comayagua y San Pedro Sula.
El Subcomité para la Prevención de la Tortura de las Naciones Unidas concluyó una misión en el país que tuvo por objeto, entre otros, constatar el nivel de cumplimiento de las recomendaciones planteadas en el 2009 para mejorar las condiciones de centros de detención conducentes al respeto de derechos humanos de privados de libertad.
Para ese efecto, la delegación del Subcomité concretó una apretada agenda que incluyó inspecciones en cárceles y postas policiales, así como reuniones con autoridades del gobierno y de instituciones operadoras de justicia.
En conclusión, se constató el incumplimiento del Estado de Honduras en la gran mayoría de recomendaciones vinculadas a mejorar las condiciones de las postas y cárceles, para un trato digno de privados de libertad, dijo Mario Coroliano, vicepresidente del Subcomité y jefe de la delegación, en entrevista concedida a EL HERALDO.
Algunas recomendaciones tenían el carácter de urgente, como resolver el hacinamiento carcelario y cambiar colchones de poliuretano y cortinas de nylon, altamente combustibles, y reparar las deficiencias en las instalaciones eléctricas.
“Los episodios de Comayagua y luego de San Pedro Sula demuestran que si se hubieran seguido esas recomendaciones se podrían haber evitado”, expresó.
Asimismo, se detectó un “fuerte sistema de corrupción, tortura y corrupción en el accionar policial y penitenciario”. El Subcomité entregará al presidente Porfirio Lobo Sosa un informe conteniendo nuevas recomendaciones de obligatorio cumplimiento.
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