TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El 11 de septiembre es una fecha dolorosa para los familiares de los aspirantes a policías auxiliares fallecidos en extrañas circunstancias el año pasado en la Academia Nacional de Policía (Anapo) y tras el tiempo transcurrido, el dolor aumenta al saber que todavía no tienen una respuesta clara de lo que pasó.
Este lunes, en el primer aniversario de la tragedia que apagó las vidas de tres jóvenes promesas, los familiares y sus representantes legales comparecieron afuera del Ministerio Público para exigir celeridad en el caso, pues ninguna autoridad les ha dicho de qué murieron.
El abogado de los parientes de las víctimas, Víctor Fernández, recordó que “las víctimas no son adornos en la investigación, es el sujeto principal y esperamos que se abra la investigación”.
Además, agregó que este caso debe ser del interés de toda la población porque de llegar a comprobarse que hubo responsabilidad en sus muertes se debe sentar un precedente en la aplicación de justicia.
“Estamos en este aniversario lamentable de la tragedia de la Anapo que hoy en día, las autoridades de investigación no pueden presentar un informe que establezca la causa del fallecimiento, las dinámicas que precedieron a esta práctica nefasta que redundó en esta tragedia para las familias”, enfatizó.
El padre de uno de los fallecidos dijo que en medicina forense no les han dado ni la certificación médica, “nos dicen que nos la van a entregar dentro de una semana, dentro de un mes, después que va a estudio y no es cierto, nos están mintiendo”.
Es por eso que tanto los familiares como sus apoderados legales dijeron que no descansarán hasta esclarecer lo sucedido.
Un sueño interrumpido por la desgracia
El licenciado en informática, Jairo Josué Martínez (28), el abogado de 34 años de nombre Ronal Javier Coello Coello y el médico Kevin Jackniel Mejía, de 29 llegaron el domingo 11 de septiembre a la sede de la Anapo para formarse durante tres meses como policías auxiliares, pues llevaban mucho tiempo esperando tener una oportunidad de empleo estable.
Sus familiares los despidieron en la puerta de ingreso y horas más tarde recibieron la fatal noticia de que dos habían muerto y otro se debatía entre la vida y la muerte.
Alrededor de 30 aspirantes más más también fueron llevados con síntomas graves a diferentes hospitales y en ese momento se especulaban muchas cosas, desde que habían sido golpeados hasta que les habían rociado gas lacrimógeno como acto de “iniciación”, otras versiones hablaron de una posible intoxicación con la comida. Sin embargo, las autoridades negaron estos extremos.
Desde la Secretaría de Seguridad se prometió investigar y se destituyó al entonces director de la Anapo. Los médicos forenses también realizaron las autopsias de los fallecidos y hasta la fecha no se conoce algo concluyente.
El equipo investigativo de EL HERALDO indagó con fuentes dentro del Ministerio Público y conoció que a lo interno se maneja una supuesta asfixia como causa de muerte, pero sin esclarecerse si fue provocada de manera intencional o como consecuencia de otros padecimientos previos.
“La coincidencia que tienen los tres (cuerpos) es que el primer órgano que les colapsa son los pulmones y de ahí deriva que hayan otros órganos como los riñones y el corazón que sigan con el colapso”, se limitó a decir el portavoz de esta institución, Yuri Mora.
Este rotativo también conoció que los estudios forenses fueron enviados a Estados Unidos para ser analizados, pero desde entonces no se han revelado detalles de los resultados obtenidos.