SAN JUANCITO, HONDURAS.-En el antiguo pueblo minero de la Villa de San Juancito aún hay cosas brillantes por descubrir.
A unos 40 kilómetros de Tegucigalpa, la capital de Honduras, se encuentra el arcano lugar, y entre sus más de tres mil habitantes hay un talentoso joven que se siente orgulloso de sus raíces y lo demuestra a través de su pasión por el arte.
Se trata del hondureño Bairon Cerrato Pineda, quien a sus 27 años de edad ha decidido emprender de una forma artística, dibujando la flora o la fauna en una superficie poco habitual o cómoda, en el junco.
Sus habilidades son plasmadas en sombreros a base de junco en los que dibuja y pinta colibríes, guacamayas, gallos o paisajes.
LEA: Ally Makeup: Sombras, brillo y color destellan arte y creatividad
Inicios del emprendimiento
Bairon es un artista nato, pues no ha ido a ninguna escuela de artes para presumir el talento que tiene hasta ahora, sus únicos conocimientos han sido puestos a pruebas en murales de su encantador pueblo y experiencias compartidas con amigos que ha conocido en este mundo de la pintura.
Hace ocho meses este catracho emprendió en los negocios, sus inicios no fueron con las pinceladas en los sombreros, fue con la creación de bolsos a base de anillas de latas de jugos, pero al no resultarle las ventas, desistió.
“Durante ese proceso fui viendo qué es lo que más le llama la atención a la gente, estudiando los tipos de mercado y los tipos de personas para conocer qué es lo que más les gusta”, comentó con profesionalismo.
Bairon dio unos pasos a la catación de café y al entrar al área del barismo fue cuando descubrió cuál sería su próximo negocio; los sombreros pintados.
“El gerente del lugar (su amigo) de la venta de café me impulsó a pintar en los sombreros, porque él me dio la idea de pintar en ellos”, comentó con un tono de voz pensativo.
El talentoso hondureño relata que la primera pincelada fue con mucho miedo, pero que se guió con las indicaciones de su primer cliente, su amigo.
“Él me dijo que en un sombrero se representara San Juancito, porque él es catador y como anda en varios lugares entonces quería lucir una parte del sombrero una panorámica del pueblo (El Rosario) y en la otra granos de café”, comentó con mucho suspenso.
El resultado de la primera pincelada fue la luz hacia su negocio Arte Origen San Juancito, ya que la satisfacción del primer cliente le indicó el buen trabajo que realizó.
“Mi lema es entregar al cliente lo que él quiere utilizar o mostrar a las demás personas o quiere dar a conocer”, aclaró.
ADEMÁS: En un horno a base de leña y vualá, La Pizza
Sueños
Bairon vive con sus dos padres y tiene cinco hermanos, su visión es atravesar las fronteras, ya cruzó las líneas territoriales dentro del país, ya que sus sombreros han llegado a Cantarranas, Santa Lucía, Valle de Ángeles y Santa Bárbara, entre otros.
Sin embargo, espera llegar a otros países y que en tierras extranjeras vean un pedacito de lo que tiene Honduras con la flora y fauna que van plasmadas con pintura los sombreros.
Al igual, espera crecer lo suficiente para tener una empresa que genere empleos en su lugar.
También sueña con ser un psicólogo y ayudar a los lencas como a los niños. Tiene en planes ingresar a la UNAH.
DE INTERÉS: Artesana moldea en miniatura a los héroes de primera línea contra covid
