Tegucigalpa, Honduras
Sus rostros estaban cubiertos con pasamontañas negros, lo único que se observaba eran sus ojos que lanzaban miradas que infundían respeto a la ley. Su misión era una sola: evitar la ilegal venta de pólvora en los mercados de Comayagüela.
Un decomiso de pólvora valorado en más de 150 mil lempiras realizó la mañana de ayer el Juzgado de Policía Municipal del Distrito Central entre la primera y segunda calle de la séptima avenida de esta ciudad.
Desde las 9:00 de la mañana de ayer, las autoridades del Juzgado de Policía Municipal se trasladaron a esta zona luego de que EL HERALDO denunciara la indiscriminada venta de los peligrosos productos en la zona comercial de la ciudad gemela.
Golpe a la ilegalidad
El decomiso se hizo entre vendedores ambulantes y un local ubicado en la zona antes mencionada. Solo a este negocio se le decomisaron alrededor de 100 mil lempiras en productos de pólvora.
Las autoridades del Juzgado de Policía Municipal se rehusaron a proporcionar el nombre del dueño del local donde se halló la pólvora.
En el sitio se hallaron centenares de morteros, metralletas, chispitas, volcanes y luces de bengala de alta y mediana potencia.
“Hemos identificado otras posibles bodegas en las que se está almacenando pólvora, sin embargo, no podemos ingresar a realizar el procedimiento por falta de un fiscal que nos acompañe”, expresó Marvin Cruz, vocero del Juzgado de Policía de la comuna.
El funcionario detalló que la zona “está plagada de (venta de) pólvora”, pero por la ausencia de fiscales en los operativos no se logran realizar más confiscaciones.
Durante la acción, los inspectores y los miembros de la Policía Municipal retiraron a unos siete comerciantes que fueron encontrados ofertando estos detonantes.
A la plaza de ventas se hicieron presentes efectivos de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) para custodiar el proceso y resguardar la zona mientras las autoridades municipales se trasladaban a quemar la pólvora confiscada.
Quema
La acción de quema se realizó en un campo del relleno sanitario localizado cerca de la aldea El Guanábano, al noroeste de la capital.
Unos diez minutos tardó la mercadería en ser reducida a cenizas.
Los inspectores de la unidad ejecutora de justicia municipal fueron los encargados de realizar el procedimiento.
En su edición de ayer viernes, EL HERALDO mostró cómo en la venta de pólvora participan también niños que son utilizados por los comerciantes.
