EL PARAÍSO, HONDURAS.- La calamitosa situación por la que atraviesa el Hospital Básico Gabriela Alvarado de Danlí, El Paraíso, ha roto los límites de la dignidad humana.
Basta con mirar lo que ocurre en la Sala de Labor y Parto de este centro asistencial para darse cuenta de la problemática.
Debido a la falta de camas que enfrenta la institución, en algunas ocasiones las parturientas han tenido que acostarse en colchonetas que son acomodadas en pleno suelo, tal y como lo evidencian las imágenes a las que tuvo acceso EL HERALDO.
Eso ocurre después de que las mujeres dan a luz y no hay camas ni espacios disponibles en la Sala de Maternidad. Las infrahumanas situaciones también las enfrentan los bebés, algunos tienen que permanecer hacinados, pues en una cuna han llegado a acomodarse hasta cuatro menores.
Otro de los problemas a los que con frecuencia se enfrentan las mujeres embarazadas es que no son atendidas en el hospital de Danlí por la falta de ginecólogos y son remitidas al Hospital Escuela Universitario (HEU) cuando algunas de ellas presentan dificultades al momento de dar a luz.
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Difícil situación
Karla Viera, subdirectora del Gabriela Alvarado, dijo que a la Sala de Ginecología asisten alrededor de 30 mujeres embarazadas al día de las cuales se internan entre 12 y 15 porque ya van a parir o porque se les hará un procedimiento quirúrgico.
“Es por eso que las mujeres permanecen en colchonetas”, dijo.
En cuanto a los menores que colocan hasta tres en una cuna dijo que “eso se debe a la falta de espacios físicos, pues es necesario ampliar la Sala de Ginecología”.
La subdirectora del Gabriela Alvarado manifestó que las autoridades de la Secretaría de Salud ya conocen la problemática que enfrentan y que para atender de la mejor manera a las pacientes se necesita ampliar la Sala de Ginecología, pues el espacio que se tiene en la actualidad se ha vuelto insuficiente debido a la demanda de los servicios de las mujeres embarazadas que llegan en busca de atención de labor y parto.
EL HERALDO intentó comunicarse con el viceministro de Salud, Roberto Cocenza, para conocer sobre esta situación, pero no contestó las llamadas ni los mensajes
