TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A veces resulta increíble recordar que han pasado más de tres años desde que el covid-19 llegó a Honduras. Una época que marcó no solamente un antes y después de manera colectiva como país o incluso a nivel mundial en cuanto a avances científicos y de salubridad, sino que también cambió la vida de muchas personas en el plano individual.
Así fue en el caso de Isis Santely, una joven hondureña que en 2020 no se imaginaba que llegaría muy lejos con su aventura de fundar Mascotalandia, una tienda dedicada a la venta de artículos para diferentes tipos de mascotas, como perros, gatos, hámsters, loros, al igual que la venta de animales de compañía.
Antes de ese miércoles 11 de marzo de 2020, cuando toda Honduras quedó consternada por el primer caso registrado de la terrorífica enfermedad viral, la rutina de Isis como capitalina era de lo más normal; trabajaba y estudiaba a sus 18 años de edad.
Su vida transcurría e ir a la tienda de ropa donde trabajaba desde las 8 de la mañana a 12 del mediodía, y luego tener que cruzar esa jungla de concreto que caracteriza a la capital para poder llegar a recibir el pan del saber en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), cursando su segundo año en la carrera de Periodismo.
Ese era el día a día de Isis, hasta que la mortal enfermedad pulmonar llegó para quedarse. Esto provocó que ella perdiera su trabajo por el cierre temporal de la tienda, con la incertidumbre de saber cuándo regresaría a la “normalidad” que se conocía antes del covid.
Si bien podía continuar sus clases de manera virtual, ella no gozaba de la comodidad como muchos otros. No era tan fácil como despertar y conectarse a las clases sin salir de casa.
Isis no tenía una computadora propia ¿Y sin trabajo ahora como la compraría? Esto implicaba que tuviera que pedir prestada una, pero no siempre la conseguía; y cuando venía el momento de los exámenes y no disponía de un ordenador, hacerlos en el celular resultaba engorroso.
Ante esa situación, Isis reflexionó que debía hacer algo, pues expresa que no deseaba ser una carga para su madre ni para sus hermanos mayores. Además, la situación con el confinamiento era difícil, nadie sabía cuánto duraría la cuarentena.
Bien dicen que muchas de las soluciones o respuestas surgen a través de nuestros gustos, de lo que disfrutamos. Fue así, como la afición y amor de Isis por los animalitos, al verlos también vestidos con ropa y accesorios, surgió como una idea de un posible negocio.
“Yo iba a tiendas y miraba las ropas de las mascotas. Me encantaba verlas y hasta me causaban ternura”, confesó Isis.
Su experiencia como clienta le hizo reflexionar en que hay muchas personas que querrían conseguir ropa y otros artículos para sus amigos peludos o plumosos. Esto también le ocurría en la tienda de ropa donde laboró, ya que, curiosamente, las personas buscaban artículos para sus mascotas, y veía un tanto desilusionados a los clientes cuando la respuesta era negativa.
Es así como decidió aventurarse a abrir Mascotalandia, una tienda virtual de Instagram y Facebook que no se limitaría solo a satisfacer a dueños de caninos y felinos, sino que buscaría ir creciendo más, poco a poco.
500 lempiras: todo o nada
Tras explorar en distintas páginas en internet sobre artículos para mascotas, Isis nunca olvidará cómo el 13 de mayo de 2021, con un modesto capital de 500 lempiras que su hermana le había regalado, inició su faceta como emprendedora.
El miedo estuvo presente en ese primer paso, pues hacer compras en línea e importarlas al país era algo completamente desconocido para ella. Esos 500 lempiras representaban un todo o nada, multiplicar su capital o perderlo.
“Yo tenía miedo. Yo no sabía si el paquete iba a llegar, o si se iba a perder, era la primera vez que yo compraba por un casillero. Yo estaba nerviosa porque solo tenía 500 lempiras y no sabía cómo le respondería a los clientes si se perdía”, confesó entre risas.
15 días duró la espera para que el paquete de botellas portátiles y ropa para perros que ordenó desde el otro lado del mundo llegara al suelo hondureño. 15 días de preocupación para Isis, quien ansiaba que pronto llegara el producto sin inconveniente alguno, pues no quería quedar mal con sus primeros clientes.
El negocio comenzó a ser rentable para Isis, pues los clientes quedaban muy contentos porque con ella lograban conseguir artículos que en tiendas físicas de mascotas no podían encontrar, sumado a un trato muy cordial, el cual ha hecho que incluso se construyan vínculos de amistad.
Los comercios comenzaron a reabrir paulatinamente, incluida la tienda de ropa donde laboraba Isis. La ahora emprendedora recibió una llamada de su antiguo trabajo, pero al comparar los beneficios que le traía ahora Mascotalandia, como comodidad de horarios para estudiar en línea, y que los ingresos eran mayores al salario que devengaba, decidió priorizar su propio emprendimiento.
Los días y semanas pasaban, no había semana sin tener alguna lección, Isis se percató de que muchas personas deseaban tener gatos de razas específicas, como los Angora, originarios de esas tierras donde nació el poderoso imperio otomano que hoy conocemos como la República de Turquía. Por ello, decidió también incursionar en traer gatos al país para ofrecerlos a las personas interesadas.
Este tema suele traer mucha controversia, pues lamentablemente, hay personas inescrupulosas que solo ven a las criaturas como máquinas de reproducción para generar dinero, sin darle la más mínima importancia al animal.
No obstante, Isis asevera que ella rechaza con vehemencia el maltrato animal, y que por ello evita traer felinos que provienen de criaderos donde solo los reproducen y no se preocupan por la salud ni bienestar de las criaturas.
“El mundo de las mascotas es para alguien que las ama, porque hay personas que se lucran de ella”, subrayó.
Isis comenzó a leer y estudiar más acerca de las diferentes razas de gatos y sus cuidados, ya que es ella misma quien se encarga de mantenerlos antes de entregarlos a las nuevas familias.
Incluso, Isis se asegura de que los nuevos dueños tengan las condiciones para mantener al animal, pero sobre todo, que lo quieran. Así como no cualquier persona cumple las condiciones para darle una vida digna a un hijo, aplica también con la vida de una mascota.
El compromiso y amor de Isis por los animales llega a tal punto que no se olvida de ellos, pues les da seguimiento para saber cómo se encuentran, si su familia adoptiva los cuida debidamente; y en caso de que la familia ya quiera tener la mascota, Isis se encarga de recogerlo, llevarlo nuevamente a su casa y cuidarlo hasta encontrar un nuevo hogar que tome muy en serio la responsabilidad de protegerlo.
Las enseñanzas y retos en el camino
Emprender tiene otra cara más allá de los ingresos, pues existen meses buenos, y otros no tan buenos. Hay días en los que se gana, y otros en los que se pierde... A veces se pierde mucho y es algo que Isis ha aprendido en tres años.
También reprocha lo dificultoso que es para un emprendedor poder importar mercadería a través de las aduanas nacionales, pues relató que además de los altos costos, no sintió que le dieran la debida seguridad a su importación, pues afirma que le perdieron su mercadería.
“Considero que deben apoyar más a los emprendedores en reducir esos altos costos de importación. Prácticamente, la ganancia ahí se queda, y es algo que impide desarrollar al país. Muchas personas por miedo a los costos (no emprenden). Debería haber costos accesibles”, opinó.
En ocasiones, también ha visto escenarios duros de crueldad animal. “Una vez llegó un perro a mi casa. Yo le iba a dar comida, y cuando se dio la vuelta miré que tenía un machetazo”, relató.
Preocupada al ver el pelaje del perrito lleno de sangre y la herida palpitante, dejó que el perro entrara a la casa, le dio comida porque estaba muy hambriento, y lo llevó a una clínica veterinaria.
Perseverancia, entendida también como esa cualidad de no rendirse a pesar de que los problemas golpeen una y otra vez; levantarse cuantas veces sea necesario y ser firme en las decisiones sin sucumbir, es un valor que Isis reconoce que adquirió gracias a Mascotalandia. En el pasado, ella anhelaba algún día ser perseverante, y este proyecto la ha convertido en esa persona con más confianza en sí misma.
“Mi satisfacción más grande es saber que mis ingresos son gracias a Dios, a mi imaginación, mis ganas de salir adelante y mi perseverancia. Se lo agradezco a Dios porque es Él quien me brinda la salud y los ánimos”, manifestó.
Durante la conversación con EL HERALDO, que fue como un viaje a través del tiempo lleno de recuerdos, Isis admitió que de no haber sido por la pandemia, su vida sería completamente distinta a todo lo que ha logrado hasta el día de hoy.
Con sus vivencias, ha llegado a la conclusión de que “a veces lo que parece ser malo nos ayuda para bien, y las circunstancias difíciles nos hacen reaccionar. O te quedas sin hacer nada, o le echas ganas a la vida”
Isis sigue planteándose metas a cumplir. Espera que próximamente pueda tener un local para su tienda, crecer más para poder darle empleo a los hondureños y aplicar lo que aprendió de su carrera universitaria para su negocio, ya que solo le falta realizar la práctica profesional para graduarse como periodista.
Para finalizar sus anécdotas en sus más de tres años con Mascotalandia, Isis aprovechó en motivar a sus compatriotas interesados en emprender a que materialicen ese sueño.
“Se necesitan muchas ganas para salir adelante. Todo negocio puede ser bueno, pero lo que hace la diferencia es en cómo lo haces. Un punto clave es la perseverancia, que aunque las cosas estén mal, seguir adelante”, recomendó animosa.