Honduras se juega su prestigio con la elección del nuevo fiscal general. Tiene dos caminos a seguir: demostrar que hay voluntad política para fortalecer la lucha contra la corrupción y el crimen organizado o poner una figura que responda a intereses particulares y no a los de la sociedad.
De acuerdo con posiciones de diferentes sectores, la selección del sustituto de Óscar Fernando Chinchilla podría marcar un antes y un después en el Ministerio Público; unos esperan la continuidad de lo que se ha logrado avanzar, otros vaticinan un retroceso y algunos más escépticos creen que el sistema está diseñado para continuar en lo mismo.
Actualmente, el ambiente de selección del nuevo operador de justicia está marcado por un proceso con poca participación y por un miedo de que el hampa y los corruptos intenten poner un fiscal a su medida.
“El temor y la posibilidades de que el crimen organizado, el narcotráfico o los corruptos pongan un fiscal existe, tienen dinero, influencias y poder”, dijo Carlos Hernández, presidente de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), recordando que esta amenaza ya se vio en la última etapa del proceso de selección de los magistrados a la Corte Suprema de Justicia “donde había cuatro personas que respondían a ellos y fue una dura tarea sacarlos”.
Explicó que en esta elección no se puede “desconocer lo que pasa en el Congreso Nacional, las acciones que se están haciendo en contra de la corrupción y la impunidad. Sin duda que hay sectores con mucho interés que van a intentar hacer acciones para poner a alguien favorable a sus intereses, o boicotear el nombramiento de una persona independiente. Aquí no solo estamos hablando de los políticos, sino también de los grupos criminales”.
Aunque cueste reconocer las recientes acciones de la Fiscalía “pueda ser que tengan temblando a muchos y ellos van a intentar hacer su trabajo, por eso la sociedad no debe ver con indiferencia este proceso, sino que tiene que presionar para que los candidatos que se manden al Congreso Nacional tengan condiciones de indoneidad”, agregó Hernández.
En algunos sectores se comenta que hay grupos interesados en obstaculizar la lucha que hasta ahora se ha librado contra la corrupción y el crimen organizado desde la institucionalidad del Ministerio Público, por lo que ven en el actual fiscal una piedra en el zapato.
Credibilidad
La elección del sustituto de Chinchilla -quien goza de la simpatía de la cooperación internacional y de grupos sociales que incluso han recomendado su continuidad- se da en medio de un proceso controversial, a lo que se suma el pavor de la infiltración de la mafia y la indiferencia de los abogados a participar porque creen que hay algunos sectores que no quieren transparencia.
Hasta el medio día de este lunes, el desinterés de los profesionales del derecho para postularse al cargo era muy evidente. Apenas se habían inscrito una decena de candidatos.
Al contemplar lo que está pasando, los cooperantes internacionales y los hondureños en general coinciden y exigen que el nuevo fiscal sea un profesional del derecho no solo probo, sino que también sea valiente y capaz de exigir independencia en sus actuaciones.
Retos
Para el abogado Raúl Pineda Alvarado, la elección del nuevo fiscal puede ser más de lo mismo, si no hay voluntad política para combatir la impunidad.
“Esto no va a cambiar si no hay una situación milagrosa porque el sistema ya está diseñado para que se protejan las personas que están en el poder, cuando hablo de poder no solo me refiero a las personas que están en el gobierno, me refiero también a otros grupos que pueden ser muy peligrosos”.
Reflexionó que es importante elegir a un fiscal íntegro, con capacidad, valiente, pero para que actúe con independencia tiene que tener la garantía absoluta de su estabilidad laboral, por eso está el reto de blindar su cargo, para que no sea amenazado por los políticos cuando no entre en sintonía con sus propósitos.
A criterio de Pineda Alvarado, 'la mayor amenaza en la elección del fiscal no viene tanto del crimen organizado, sino de los corruptos que pueden mover sus piezas claves al momento de la selección y votación'.
'El abogado que sea electo debe tener claro que llegará al cargo no por un acto de cristiandad de los políticos, sino que lo ponen ahí, porque lo tienen que poner, porque reúne las mejores condiciones, en esa medida va a poder actuar con cierta libertad”, manifestó.
Por su parte el empresario Juan Ferrera consideró que con la elección del nuevo fiscal, el país dará un mensaje hacia donde debe caminar en la lucha contra la corrupción, el crimen organizado y el narcotráfico. Para él no hay que abandonar la lucha que ya inició Chinchilla.
“Se busca un fiscal independiente políticamente, no necesariamente apolítico, pero que sí se maneje con criterio estrictamente legalista, que defienda al pueblo. Sus retos estarán marcados por su lucha frontal contra el crimen, la corrupción y por sacar de las gavetas todos aquellos expedientes acumulados', expresó.