TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El sufragio del hondureño en el exterior ampliado a otros países está garantizado por la Organización de Estados Americanos (OEA), pero serán los políticos los que a última hora definirán si conviene o no conceder este derecho constitucional.
El voto en el exterior se puso en práctica por primera vez en 2001, pero en el curso de cinco procesos electorales ha resultado un fracaso por la poca afluencia electoral, la falta de motivación de los migrantes, porque la mayoría no tiene tarjeta de identidad y debido a que el voto solo ha sido a nivel de Estados Unidos.
En su reciente propuesta entregada al Congreso Nacional, la Misión Técnica de la OEA plantea que “el Consejo Nacional Electoral podrá habilitar en estados extranjeros centros de votación para que los hondureños domiciliados en el exterior puedan ejercer el sufragio en las elecciones generales, únicamente para elegir presidente y designados a la Presidencia de la República”.
Los hondureños que han votado en los últimos procesos electorales solo lo han hecho por el candidato presidencial y sus compañeros de fórmula y por los postulados al Parlamento Centroamericano (Parlacen), estos últimos porque van en las papeletas cobijados por la fórmula presidencial.
El voto del hondureño en el exterior solo es posible en las elecciones generales, no así en las primarias ni internas de los partidos por el alto costo que representa.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) suele instalar urnas en las ciudades estadounidenses de Houston, Los Ángeles, Miami, Nueva Orleans, Nueva York, Washington y Atlanta.
Se estima que en Estados Unidos hay más de un millón de hondureños, de los cuales solo 46 mil están en el padrón electoral y de estos apenas 13,627 ejercieron el sufragio en los cinco torneos cívicos que se realizaron entre 2001 y 2017, según cifras oficiales.
El TSE destinó casi 40 millones de lempiras desde 2001 a 2017 para financiar el voto en el exterior.
