SAN PEDRO SULA, HONDURAS.- A casi siete meses de la devastación que dejaron a su paso los fenómenos naturales Eta y Iota, la vulnerabilidad de las zonas de alto riesgo por inundaciones en el norte del país volvió a quedar evidenciada con unas horas de lluvias.
La falta de reparación total de los bordos de contención en pleno invierno es un factor de riesgo para que muchos barrios al igual que colonias del Valle de Sula vuelvan a quedar bajo el agua, ya que nada impediría que los ríos Ulúa y Chamelecón salgan de su cauce de continuar con las precipitaciones a causa de una vaguada.
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Aunque la amenaza está latente ya se reportaron calles anegadas en la colonia Morales 1 y 2 del sector Chamelecón, incluso en varias comunidades de El Progreso y Olanchito en Yoro.
A raíz de las altas precipitaciones, la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) decretó ayer alerta amarilla por 72 horas en el Valle de Sula y las cercanías de la ribera de los ríos Ulúa y Chamelecón. Hasta los 60 milímetros alcanzarán los acumulados de lluvias en Choluteca y un poco menos para Intibucá, Copán, Lempira, Santa Bárbara, Comayagua y Francisco Morazán.
El personal está trabajando en la habilitación de albergues en caso de tener que evacuar a personas que siguen habitando en sitios que corren peligro de volverse a inundar.
En la segunda quincena de mayo pasado, más de 400 familias que viven en las partes bajas se mantenían en albergues en unos 70 centros educativos, comunitarios y hasta iglesias que han sido empleados para esos fines.
“La población del Valle de Sula debe de estar pendiente del nivel que pueden alcanzar los ríos y también las empresas que están trabajando en la reparación de las obras hidráulicas”, exhortó el jefe de Meteorología del Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), Francisco Argeñal.
Reconoció que la reparación de los bordos se verá obstaculizada, mientras persista la subida en los niveles de estos afluentes.
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Hace unos meses se les advirtió a los miembros de la comisión para el control de inundaciones del Valle de Sula de potenciales crecidas de los ríos Chamelecón y Ulúa, recordó el meteorólogo.
En menos de 15 días de noviembre de 2020 golpearon al país dos tormentas tropicales, provocando más de 3.9 millones de afectados, 96,000 personas albergadas, 95 fallecidos y 10 desaparecidos.
Abandonan hogares
La preocupación volvió apoderarse de Sara Ávila, una pobladora del sector de Finca 11 situado en El Progreso, donde las aguas del río Ulúa podían dejar totalmente incomunicado el lugar en un abrir y cerrar de ojos.
“Con lo que pasó hace siete meses yo tenía mi negocito y lo perdí, gracias a Dios lo volvimos a medio instalar, pero hoy ya tenemos miedo y mejor nos salimos antes de tiempo”, relató.
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De 80 familias que habitaban en este sitio únicamente han quedado cinco de ellas, mientras que las demás decidieron salirse para no volver a vivir la pesadilla que sufrieron con Eta y Iota.
De su lado, el subcomisionado de Copeco, Óscar Mencía, informó que casi en un 60% han sido reconstruidos los bordos en el Valle de Sula. “En algunos lugares donde no se ha concluido esta labor tuvimos una desviación del río (Ulúa); tuvimos dos comunidades incomunicadas, pero recordemos que el azolvamiento del río nos indica que la gente está con ese temor”, destacó.
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