El proyecto tuvo su ceremonia de lanzamiento el 9 de agosto de 2020 y será ejecutado con financiamiento del Gobierno de Japón a través de su programa JSDF ( https://www.worldbank.org/en/programs/japan-social-development-fund), administrado por el Banco Mundial.
Yamni Iwanka fortalecerá las capacidades productivas de las comunidades misquitas en los territorios de Katainasta, Auhya Yari, Bamiasta y Finzmos, en el departamento de Gracias a Dios.
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Este nuevo proyecto será financiado por una donación de 2.72 millones de dólares del JSDF y tendrá el propósito de contribuir al desarrollo, diversificación y fortalecimiento de la producción sostenible de alimentos y medios de vida de los pueblos indígenas. También fortalecerá los métodos de cultivo de la producción agrícola, apoyará la crianza de aves de corral, y financiará la compra de herramientas y equipos para prácticas pesqueras, agroforestería y otras actividades de producción sostenible.
Además se invertirá en el fortalecimiento de la planificación y gestión de las organizaciones beneficiarias para contribuir a su capacidad de auto-gestión de largo plazo. Uno de los pilares fundamentales es el apoyo en el fortalecimiento de capacidades comunitarias en la gobernanza, empoderamiento de la mujer y el impulso de sinergias con otros proyectos y cooperación disponibles en La Mosquitia.
Se proveerá fondos, por medio de procesos transparentes y competitivos en coordinación con las autoridades territoriales, a organizaciones de productores indígenas de los territorios de intervención. Se requerirá una contrapartida de al menos un 20% por parte de la organización beneficiaria, que se puede dar en especie con materiales o mano de obra y se buscará que cada subproyecto involucre una alta participación comunitaria, garantizando la inclusión de mujeres y poblaciones marginadas o vulnerables.
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“Como un primer paso en el involucramiento activo de la comunidad se conformó un comité consultivo que serán los veedores de proyecto, este estará integrado por la Asociación de Mujeres Indígenas Misquitas MIMAT, Confederación de los Pueblos Autóctonos de Honduras CONPAH, Mancomunidad de Municipios de la Mosquitia MAMUMH, Consejos Territoriales de Katainasta, Auhya Yari, Bamiasta y Finzmos y la Universidad Nacional de Agricultura y Ganadería”, señaló Uzías Caleb, Coordinador del proyecto Yamni Iwanka.
Los pueblos indígenas de La Mosquitia han tenido limitado acceso a programas de desarrollo social y económico por lo que esto ha profundizado el deterioro en sus condiciones de vida, a esto, se suma el poco acceso a innovaciones tecnológicas y a financiamiento a mercados y compradores lo que genera pérdidas de ingreso. Con el proyecto se espera facilitarles las herramientas de conocimiento y financiamiento para incrementar sus niveles de producción y hacer frente a su demanda de alimentos, mejorar sus ingresos y obtener seguridad que les permita mejorar su vida.
“Este proyecto nos vendrá a ayudar al desarrollo de las comunidades que durante años ha vivido en vulnerabilidad, nos alegra que el 50% de los beneficiaros serán mujeres y esto nos da una oportunidad de crecimiento”, expresó Loly Gream, representante de la Asociación de Mujeres Indígenas Misquitas MIMAT
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“El proyecto Yamni Iwanka coloca a la población indígena misquita como participantes activos de su propio bienestar donde el empoderamiento surja y haga más fuerte sus iniciativas de vida”, manifestó Roberto Bussi, director de Ayuda en Acción en Honduras.
“Este proyecto y el fondo japones, permite invertir directamente en los pueblos indígenas como los principales conocedores de sus realidades y dueños de su futuro. Lo hará con la prudencia de coordinar con sus autoridades como socios y brindar el acompañamiento necesario desde la concepción hasta el cierre de cada subproyecto, dejando instalado una capacidad organizativa fortalecida en cada organización participante.” Dianna Pizarro, gerente del Proyecto de parte del Banco Mundial.
Sobre JSDF
El JSDF fue creado en junio de 2000 por el Gobierno del Japón y el Banco Mundial como un mecanismo para proveer asistencia directa a los grupos más pobres y vulnerables. El gobierno de Japón ha aportado desde entonces más de 750 millones de dólares.El Banco Mundial es el administrador del programa, supervisa su implementación y asegura la transparencia y eficiencia en el uso de sus fondos de acuerdo con sus normas para las adquisiciones, manejo financiero y gestión ambiental y social.
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