A tres años de que la voz de Alfredo Landaverde fuera silenciada por las balas, sus familiares, amigos y correligionarios del Partido Democracia Cristiana de Honduras (PDCH), rindieron honor a su memoria.
El homenaje tuvo lugar en la pequeña plaza de la intersección entre las colonias 21 de Octubre y San Miguel de la capital de Honduras, donde fue colocado un busto del exasesor de la Secretaría de Seguridad en materia de narcotráfico y crimen organizado.
Los asistentes, entre ellos su viuda Hilda Caldera y su amigo Augusto Cruz Asensio, recordaron a Landaverde y su legado para Honduras.
Alfredo Landaverde, fundador del PDCH y exasesor en materia de seguridad, falleció el 7 de diciembre de 2011, después de ser atacado por sicarios a bordo de una motocicleta en el bulevar Los Próceres de Tegucigalpa.
Al menos cinco proyectiles penetraron por el vidrio lateral izquierdo y uno por la parte frontal e impactaron en la humanidad del septuagenario, mientras uno alcanzó a su esposa.
Caldera logró sobrevivir al atentado y desde entonces ha exigido justicia por el asesinato de su compañero de hogar.
Por el crimen fue condenado a 22 años de prisión Marvin Noel Andino Mascareño, como autor material.
“Se ha hecho una justicia parcial, es muy triste esto, es triste para su familia (de Andino Mascareño), triste para la mía, pero esto es una parte, hay más personas involucradas en este crimen', dijo entonces Caldera, quien exige castigo para los autores intelectuales del asesinato de su esposo.