TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Para protestar contra el gobierno de la presidenta Xiomara Castro, con la bandera de Honduras colocada como una capa y con pancarta en mano, un joven se paró frente al expresidente Manuel Zelaya, quien leía un discurso ante los simpatizantes del Partido Libertad y Refundación (Libre) y frente a la clase obrera en el marco del Día del Trabajador.
Norman Mondragón se plantó frente a Zelaya con una pancarta en la que aseguraba que la mandataria no cumple su promesa de la instalación de la Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH) y que su gobierno es corrupto.
“Xiomara no está sola, la corrupción y fraude la acompaña. Xiomara cumple a narcos y delincuentes, pero al pueblo no. Xiomara no cumple. Qué vos seas un borrego asalariado es otra cosa ¿Dónde está la CICIH?”, decía el rótulo de Mondragón, que minutos después desapareció tras que pidieran sacarlo de la manifestación.
Los simpatizantes de Libre gritaban “¡Sáquenlo!”, mientras que los que estaban más cerca de él le pidieron salir del lugar, por lo que Mondragón, antes de ser removido, no dudó en gritarle al expresidente Zelaya “¡Corrupto, corrupto!” mientras este se pronunciaba frente a los trabajadores.
Los de Libre que estaban en la marcha le decían: “Para allá salí” mientras era custodiado por un joven que intentaba persuadirlo de su protesta.
Por su parte, el expresidente Manuel Zelaya frenó su discurso por unos segundo para decir: “Déjenlo que grite, a él lo mandan los traidores de este pueblo”.
Exigencias del Día del Trabajador
Pidiendo mejores condiciones, miles de trabajadores hondureños protestaron en contra de las desigualdades e injusticias en el país, otros, por su parte, reivindicaron su apoyo a las promesas políticas de algunos de sus líderes.
El partido de gobierno, Libertad y Refundación (Libre), aprovechó para robar protagonismo al movimiento obrero y sindical al convocar a toda su base a participar en la marcha, acto que fue criticado por la oposición política.
Paralelamente, en otras ciudades de Honduras, como San Pedro Sula, La Ceiba, Comayagua y Copán, los trabajadores conmemoraban su día exigiendo mejores condiciones laborales, un problema generalizado que no distingue edad, sexo ni religión.