Honduras

San Antonio de Oriente, la joya colonial que sobrevive a Velásquez

FOTOGALERÍA
30.07.2017

San Antonio de Oriente, Honduras
Solitarios callejones empedrados, rodeados de antiguas casas de corte colonial, muchas de ellas en ruinas, dan la bienvenida al visitante.

En sus calles empedradas hay silencio y olvido. Así transcurre la vida cotidiana de los habitantes de San Antonio de Oriente.

El antiguo poblado minero, musa del pintor primitivista Antonio Velásquez, que comenzó a poblarse en 1660, lucha con todas sus fuerzas por mantenerse en pie.

De la belleza escénica de los cuadros del primer pintor primitivista de América queda poco, pero las autoridades y los pobladores de San Antonio de Oriente no piensan quedarse de brazos cruzados.

Los callejones empedrados sobreviven en el poblado minero colonial (Foto: Mario Urrutia/EL HERALDO)

Belleza escénica
Al ser parte de la ruta minera colonial, San Antonio de Oriente es un sitio idóneo para el turismo. El alcalde del municipio, Manuel Antonio Maradiaga, explicó que entre los proyectos está recuperar el mirador turístico en Cerro Grande y El Portillo, la conformación de una cámara de turismo para potenciar los recursos y un canopy donde los turistas disfruten de la vista espectacular del valle de Yeguare.

“Somos un municipio pobre económicamente y necesitamos recursos para hacer realidad nuestros proyectos ya que el rubro del turismo es una de las alternativas con que contamos para desarrollarnos y evitar que San Antonio se quede solo”, dijo.

El padre José Antonio Salinas, experto en arqueología religiosa, explicó que el poblado es una joya anclada en un sitio especial.

“Sus casas estilo minero, su templo católico colonial y el cementerio, que también es un patrimonio histórico, debe de promoverse como parte del corredor minero colonial en el mismo concepto de Valle de Ángeles, Santa Lucía, Tegucigalpa, Guasucarán en Ojojona, los dos pueblos de San Antonio y Yuscarán.

El sacerdote explicó que el municipio puede ofrecer además al visitante el turismo religioso.

San Antonio de Oriente fue proclamado como Monumento Histórico Nacional por acuerdo ejecutivo del 25 de julio de 1991.

De su creación poco se sabe. Comenzó a poblarse en 1660 y, según actas encontradas en 1826, ya tenía alcalde.

Datos históricos indican que en la división política territorial de 1889 era un distrito formado por los municipios de San Antonio de Oriente, Maraita, Tatumbla y Valle de Ángeles.

Pero, para convertirlo en un polo turístico, hay que trabajar duro.

Esta casa de corredores está a punto de caerse; al fondo, la alcaldía (Foto: Mario Urrutia/EL HERALDO)

Pueblo fantasma
Hoy, el abandono del poblado es visible en cada callejón, en cada callejuela. Sus hijos lo han ido abandonando poco a poco y los que quedan, claman por ayuda.

“La falta de empleo, alternativas para el desarrollo con microempresas y oportunidades de estudio, hace que los jóvenes al cumplir la mayoría de edad se vean obligados a emigrar del pueblo para Tegucigalpa, Danlí y otras localidades del país”, relató Héctor Vallejo, habitante de la histórica localidad.

Aarón Eduardo Mairena, el pequeño guía de 14 años que nos lleva a recorrer el pueblo, dijo con nostalgia que “miro por televisión cómo el gobierno ha restaurado y apoyado turísticamente muchos lugares históricos y cuando veo a San Antonio me da mucho pesar. Acá tenemos bastantes atractivos, nuestro único futuro sería el turismo para salir adelante, pero nadie nos apoya”.

El alcalde explicó que “lastimosamente en Honduras se hacen decretos y después se dejan en el olvido, porque San Antonio de Oriente está declarado por el Congreso Nacional como un patrimonio histórico, pero la respuesta del gobierno desde hace muchos años no ha existido y nosotros queremos ser incluidos en esos proyectos”.

Las necesidades son muchas. El sacerdote José Antonio Salinas detalló que están listos para iniciar un proceso de restauración del encielado de madera del presbiterio o retablo del templo, que no se había hecho debido a la transición de las autoridades eclesiásticas.

“Hago más que un llamado, un clamor a las autoridades para recuperar a San Antonio de Oriente”