VALLE, HONDURAS.- Caminan con completa tranquilidad. Celular en mano, también dinero y sobre todo sin temor a que puedan ser asaltados; es más, esta palabra ni existe en su vocabulario.
Las puertas de sus viviendas pasan abiertas día, noche y hasta las madrugadas de mucho calor.
Las instituciones públicas no cuentan con personal de seguridad. Para la población solo hay una ínfima cantidad de entre tres a seis policías en una jornada de trabajo, pues las maras, pandillas, crimen organizado y asaltos son situaciones que no suceden.
Aunque esta naturalidad es más apegada a la realidad de países del primer mundo, así es vivir en los municipios más seguros del país en los que EL HERALDO atestiguó la plena paz con la que se vive en la otra cara poco visible de Honduras.
Este rotativo conoció el otro lado de un país sumamente violento, internándose en tres de los 74 municipios que la Secretaría de Seguridad cataloga como zonas con cero incidencia de violencia en este 2023.
EL HERALDO llegó hasta los calurosos municipios de Goascorán, Alianza y Amapala, los tres en el departamento de Valle, donde se constató que Honduras aún cuenta con lugares donde no se conoce de la MS-13, Pandilla 18, asesinatos o asaltos.En estos municipios se respira tranquilidad y a diferencia de grandes ciudades como Tegucigalpa o San Pedro Sula, los estudiantes caminan por la calle sin preocupación, las instituciones estatales no requieren de seguridad y los elementos de la Policía Nacional solo son un protocolo.
Una vida en paz
A las 8:00 de la mañana, un equipo de EL HERALDO llegó hasta la histórica Goascorán, municipio fronterizo con El Salvador, al sur de Honduras.
Desde muy temprano, las personas llegan hasta el parque a platicar. Otros caminan a sus trabajos y algunos estudiantes aceleran el paso porque ya van tarde a sus clases.
“No le da miedo a que le roben ese iPhone aquí”, consultó el periodista a un sujeto que no dejó de sonreír mientras contestaba mensajes.
“Amigo, puede andar cinco de estos celulares y aquí no pasa nada, aquí vivimos tranquilos y confiados, no como en Tegus”, respondió don Santos.
Así como él, las 16,000 personas que viven en este municipio del sur del país lo hacen confiados de que no hay peligro.
Incluso hasta los mismos tres policías que están en funciones, salieron y dejaron la posta abierta, sin llave ni seguro, constató este rotativo cuando llegó en busca de reacciones policiales.
La Alcaldía de Goascorán en los registros de los últimos tres años no reporta asesinatos o robos, eso indican las cifras compartidas de la Policía Nacional.
Al consultarle a más pobladores sobre incidencias de esta índole, sonrientes y orgullosos contestaron: “Nací aquí y hasta hoy nunca he escuchado que mataron a alguien o algo así, solo cuando pasó la guerra con El Salvador”.
El lente de EL HERALDO, en un recorrido por las calles de la zona, captó la tranquilidad del sureño municipio. Posteriormente, el equipo se trasladó hasta Alianza, Valle, donde residen 7,579 personas.
“Aquí ni posta tenemos, con eso le digo todo”, alardeó el dueño de una pulpería que presumió la seguridad con la que viven en el municipio.
Pasadas las 12:00 del mediodía, un grupo de estudiantes que caminaba por la calle sin supervisión de un adulto, fue abordado por este rotativo.
“¿Ya van para sus casas, verdad?, ¿no les da miedo andar sin sus papás?”, preguntó el reportero a los muchachos.
Una jovencita contestó segura mientras se peinaba y sonreía: “Sí, ya salimos. Siempre caminamos y nunca nos pasa nada”. Los pobladores del pueblo tampoco tienen registro de homicidios o asaltos y no saben de maras o pandillas.
Esta condición de paz también se replica en la isla de Amapala. El municipio, en el que según datos de 2021 residen 14,165 habitantes, se ha convertido en un epicentro turístico de la zona sur. La seguridad es sin duda un punto a favor que contribuye a aumentar la afluencia de visitantes a la zona.
Aquí el conductor coordinador de las mototaxis (principal medio de transporte público) aseguró que ni conocen el impuesto de guerra, un flagelo que no se detiene en el resto del país.